5 formas de construir una cultura global próspera en tu negocio Estas son cinco estrategias clave para construir una cultura global exitosa que saque lo mejor de tu equipo internacional.

Hoy en día, los equipos son más diversos que nunca. Con los avances tecnológicos, la escasez de mano de obra calificada y la creciente demanda de trabajo remoto, el trabajo ha trascendido las fronteras. Las empresas que no adopten esta realidad y se adapten, corren el riesgo de quedarse atrás.

Lo he vivido de cerca en mi trabajo en DOXA Talent, donde ayudamos a las empresas a formar equipos de alto rendimiento aprovechando el talento de todo el mundo. Con integrantes en Filipinas, Vietnam, Kenia y Colombia, he visto cómo la tecnología y el trabajo remoto no solo están transformando el futuro empresarial, sino también ofreciendo oportunidades equitativas para ganar un sustento digno.

Este viaje me ha dejado importantes lecciones sobre cómo crear una cultura verdaderamente global. Al combinar diferentes perspectivas culturales mientras unimos a todos bajo una misión y propósito comunes, hemos obtenido resultados notables. Nuestra tasa de rotación es menos de la mitad del estándar aceptable en la industria, y nuestros equipos consistentemente brindan un servicio sobresaliente con un NPS (un indicador de lealtad de los clientes hacia una empresa) de 82.

Sin embargo, la lección más importante que he aprendido es que cuando ponemos a las personas primero y mantenemos altos estándares, creamos un entorno donde los equipos en verdad pueden prosperar.

Aquí comparto cinco estrategias clave que hemos descubierto para construir una cultura global exitosa y sacar lo mejor de tu fuerza laboral internacional.

1. Define tu cultura global

Una cultura global se basa en crear un conjunto compartido de valores, principios y prácticas que trasciendan las fronteras geográficas. En DOXA, priorizamos algunos valores fundamentales.

Uno de los más importantes es la curiosidad, que nos impulsa a aprender y apreciar las diferencias que hacen única a cada cultura, fomentando la apertura y nuevas formas de trabajar. Otro principio es la importancia de las relaciones, que conlleva el esfuerzo por comprender y aceptar nuestras diferencias. Esto incluye honrar las tradiciones, perspectivas y prácticas únicas de cada cultura en nuestra organización, construir confianza y crear un ambiente donde todos se sientan valorados.

Entender las experiencias y necesidades de los integrantes de diferentes orígenes nos ayuda a crear conexiones significativas y oportunidades justas.

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2. Reconoce las diferencias culturales

Uno de los mayores desafíos al gestionar un equipo culturalmente diverso es navegar estilos de comunicación, procesos de toma de decisiones y la retroalimentación. En DOXA, reconocemos que todos estos aspectos están moldeados por las normas culturales.

Por ejemplo, en culturas de alto contexto, como Filipinas, la comunicación suele ser indirecta, mientras que en culturas de bajo contexto, como Estados Unidos, se prefiere la franqueza. En cuanto a la retroalimentación, algunas culturas son más directas, mientras que otras suavizan las críticas. El proceso de toma de decisiones también varía: algunas culturas favorecen la participación igualitaria, mientras que otras se apoyan en estructuras jerárquicas.

Incluso la gestión del tiempo difiere, ya que la puntualidad es prioritaria en algunas culturas, mientras que otras valoran más mantener relaciones sobre los horarios estrictos.

3. Establece un marco para las expectativas

Algo que he encontrado muy útil es definir nuestra visión cultural de DOXA, un "mapa" que expresa cómo se espera que todos actúen dentro de nuestra cultura global, sin importar su origen.

Este marco establece expectativas claras sobre comportamiento, comunicación y toma de decisiones que trascienden las diferencias culturales. Por ejemplo, fomentamos una comunicación directa y respetuosa, manteniendo la sensibilidad hacia las preferencias culturales. También enfatizamos tanto la construcción de relaciones como la responsabilidad para equilibrar los enfoques orientados a tareas y relaciones.

En última instancia, nuestro marco se trata de integración: sacar lo mejor de cada cultura mientras alineamos a todos bajo un propósito y operación comunes.

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4. Adapta tu estilo de liderazgo

Liderar un equipo global puede requerir ajustar tu enfoque natural. He tenido que adaptar mi estilo para encajar con las culturas más reservadas y centradas en las relaciones de nuestros equipos en Filipinas y Colombia. Esto significa crear un espacio seguro haciendo más preguntas, escuchando activamente y resistiendo la tentación de intervenir, resolver o debatir. Esto, a su vez, da a otros la oportunidad de expresar sus pensamientos con mayor comodidad.

También he adaptado mi estilo de comunicación. He tenido que moderar mi franqueza natural con sensibilidad cultural e invertir en la construcción de relaciones para fomentar la confianza. No siempre ha sido fácil, pero encontrar formas de respetar las diferencias culturales de mi equipo mientras me mantengo fiel a mis fortalezas ha sido una fórmula exitosa.

5. Abraza el aprendizaje continuo

Un consejo final para las empresas que buscan integrar múltiples culturas: conviértete en estudiante. Busca mentores que lideren equipos diversos y aprende de sus experiencias. Estudia lo que están haciendo otras empresas —dentro y fuera de tu industria— y toma nota de las mejores prácticas que podrías aprovechar.

Mantente abierto a nuevas ideas y aborda este proceso con humildad. Recuerda que integrar culturas no sucede de la noche a la mañana. Es un proceso de comprensión, evolución y construcción de un lugar de trabajo donde todos se sientan valorados y alineados con la misión de tu empresa.