Todos necesitan un mentor, pero ser mentor es igual de importante. Aquí te explicamos por qué Dar mentoría no se trata solo de compartir conocimientos. Ser mentor podría ser tu herramienta de crecimiento más valiosa como emprendedor.

No inicié mi negocio completamente solo. Claro, soy el único fundador y las ideas sobre las que se construyó mi empresa, Jotform, salieron de mí.

Pero también es cierto que no estaría donde estoy hoy sin los mentores a quienes recurrí buscando consejo y orientación. Algunas de las reglas que considero clave para el éxito de Jotform —por ejemplo, contratar solo cuando ya tengo el salario de un año reservado en el banco— las aprendí directamente de otros fundadores que me mostraron el camino.

Siempre he creído que contar con mentores es indispensable para cualquiera que quiera emprender. Pero también he llegado a entender que ser mentor es igual de importante y puede beneficiar a tu negocio de formas sorprendentes. Aquí te digo cómo.

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Descubres nuevas formas de pensar

Una de las peores cosas que puedes hacer como fundador es rodearte únicamente de personas que piensan como tú. Esa es una de las razones por las que mentoreo a otros emprendedores: una y otra vez me sorprende cuánto aprendo simplemente conversando con ellos.

Llevo dos décadas creando mis propios productos, pero eso no significa que lo sepa todo. Estoy en constante aprendizaje: dedico tiempo cada día a leer blogs y escuchar podcasts para mantenerme al tanto de lo que sucede en mi industria. Aun así, hablar con quienes les doy mentoría sobre cómo están utilizando herramientas como la inteligencia artificial (IA) me da una perspectiva fresca que no obtengo solo consumiendo contenido. Al ayudarlos a pensar en cómo integrar nuevas tecnologías en sus productos, yo también estoy reflexionando sobre cómo puedo aplicar esas lecciones en lo que hago.

Ser un mentor también me obliga a reevaluar constantemente mis propias creencias. En general, mi conocimiento se ha acumulado a lo largo de años de experiencia ganada con esfuerzo. Aun así, el proceso de explicar por qué pienso de determinada manera es increíblemente valioso, ya sea para reforzar esas creencias o desafiarme a actualizarlas.

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Puedes formar a tus propios talentos estrella

Todos quieren contratar a una superestrella. Pero yo siempre he preferido formarlas, promoviendo a las personas desde dentro de la organización. Dar mentoría a empleados dentro de tu empresa es una oportunidad clave para conocer sus aspiraciones, fortalecer su confianza y ayudarles a sentirse más comprometidos con la misión de la compañía.

En Jotform, nuestro programa de mentoría para nuevos empleados se llama The New Grad Training Program (El Programa de Formación para Nuevos Graduados). Básicamente, contratamos personas recién graduadas que muestran mucho potencial, pero que aún no tienen experiencia práctica. Empiezan realizando tareas de soporte, que van desde pruebas de control de calidad hasta análisis de retroalimentación de usuarios y atención a preguntas del servicio al cliente. Un día a la semana, estos nuevos integrantes trabajan con un mentor que les enseña los fundamentos de un departamento específico — quizá asistan a reuniones con un analista de datos o acompañen a un desarrollador de JavaScript. Cada seis meses, los participantes pueden entrevistarse para el puesto que desean. Este programa es una manera efectiva de capacitar a los nuevos empleados y mejorar sus habilidades.

Es tentador preguntarse qué pasará si dedicas tiempo a dar mentoría a alguien y luego esa persona se va por una oportunidad más atractiva. Pero esa es una visión de corto plazo: los estudios muestran que los empleados promovidos internamente no solo tienen un mejor desempeño, sino que también son más propensos a quedarse en la empresa a largo plazo, mientras que el talento externo, aunque brilla, tiende a irse más rápido. Mi propia experiencia lo confirma: en Jotform, nuestra tasa de rotación anual es de solo el 5%.

Al final del día, como dijo Henry Ford: "Lo único peor que capacitar a tus empleados y que se vayan, es no capacitarlos y que se queden".

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Puedes retribuir lo que recibiste

Muchas de las personas más exitosas del mundo reconocen que no habrían llegado tan lejos sin el apoyo de sus mentores. Richard Branson, por ejemplo, ya tenía experiencia como emprendedor cuando fundó Virgin Atlantic. Eso no le impidió buscar la guía de Sir Freddie Laker, fundador del modelo de aerolínea de bajo costo. "Siempre he creído firmemente en el valor incalculable que un buen mentor puede aportar a cualquier negocio en sus primeras etapas", ha dicho Branson.

Incluso para alguien tan reconocido como Branson, el éxito no ocurre en el vacío. El mío, desde luego, tampoco. Por eso dar mentoría es tan importante para mí: quiero que otros no solo aprendan, sino también que sientan que no están solos en su camino. Pocas cosas son tan poderosas como tener a alguien que cree en ti, y eso también genera un sentido más profundo de pertenencia. Según Gartner, "la pertenencia es un componente clave de la inclusión. Cuando los empleados se sienten verdaderamente incluidos, perciben que la organización se preocupa por ellos como individuos — por su yo auténtico".

Todos necesitamos un mentor. Pero también creo firmemente que dar mentoría a otros es igual de importante. Dar mentoría te brinda la oportunidad de aprender cosas nuevas, cuestionar tus propias creencias y construir relaciones con empleados que muchas veces se convertirán en talentos clave. Pero lo más importante: nos permite tender una mano en la oscuridad para ofrecer luz a quien la necesita, ayudándole a trazar su propio camino al éxito.

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