¿Tú eres el cuello de botella? 3 formas de superar el síndrome del fundador El síndrome del fundador puede tensar las relaciones dentro del equipo, generar desmotivación y aumentar la rotación de personal. Pero sus riesgos pueden superarse y mitigarse con la intervención adecuada.
Key Takeaways
- Dejar ir el control empodera a tu equipo y acelera el crecimiento.
- El síndrome del fundador frena la escalabilidad; el liderazgo compartido impulsa la sostenibilidad.
- La visión comienza contigo, pero el éxito depende de que otros crezcan contigo.
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Cuando Thomas Keown fundó su organización sin fines de lucro, Many Hopes, dedicada a rescatar a niños de situaciones de injusticia, tenía una misión clara y una visión definida de cómo ponerla en marcha.
Keown se volcó por completo en su causa, aportando la energía y pasión que solo un fundador puede ofrecer en las etapas iniciales, lo que impulsó el éxito temprano de la organización. En poco tiempo, Many Hopes pasó de tener dos colaboradores y un presupuesto de $1 millón de dólares a contar con seis personas en el equipo y $5 millones de dólares en presupuesto.
Con el tiempo, sin embargo, este modelo de trabajo centrado en el fundador puede dejar de ser una fortaleza para convertirse en un obstáculo. Una organización internacional en rápido crecimiento es más de lo que cualquier persona puede, o debe, manejar por sí sola. A medida que aumentaban las exigencias sobre Keown junto con el crecimiento de Many Hopes, la evolución de la organización requería también una transformación en su rol.
Keown no sabía cómo dejar de ser, al mismo tiempo, el visionario, el estratega y el ejecutor. Esta condición, conocida como síndrome del fundador, puede ser fácil de identificar desde afuera, pero mucho más difícil de enfrentar y resolver para quien la padece. Si no se aborda, el síndrome del fundador puede tensar las relaciones dentro del equipo, provocar desmotivación, una alta rotación de personal e incluso inestabilidad financiera. También puede desviar a la organización de su misión original si se siguen estrategias que ya no están alineadas con sus objetivos actuales.
Muchos fundadores, tanto de organizaciones sin fines de lucro como de empresas, comparten ese compromiso y pasión. Tal vez tú también enfrentas el reto de redefinir tu papel como líder, de encontrar maneras de ceder espacio y permitir que otros miembros del equipo compartan no solo la carga, sino también la responsabilidad y el éxito. En el caso de Keown, el acompañamiento de un coach fue clave para poder hacerlo.
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Aunque el síndrome del fundador genera desafíos (sus síntomas pueden incluir la microgestión de tareas diarias, la dificultad para adaptarse a los cambios, la retención de recursos y la toma de decisiones sin consultar a otros), es posible manejarlo con éxito.
Aquí tienes tres formas de superarlo y mitigar sus efectos:
1. Da pequeños pasos
Al principio puede ser difícil soltar el control, así que empieza poco a poco: delega un proyecto de bajo riesgo y confía en que un miembro del equipo lo gestione. Al decidir qué tareas delegar, piensa en quién tiene el criterio y las habilidades para llevarlas a cabo (incluso si aún no sientes plena confianza). Una vez que esa persona domine la tarea y demuestre su capacidad, tú tendrás más tiempo y energía para enfocarte en otras responsabilidades y avanzar.
2. Establece mecanismos de control y equilibrio
La mayoría de los fundadores cree conocer mejor que nadie su organización. Pero al rechazar, de manera explícita o sutil, nuevas ideas o estilos de liderazgo, pueden estar limitando su crecimiento.
Construye un equipo diverso y equilibrado: ¡una sola persona no debería supervisarlo todo! Asegúrate de que tus decisiones requieran la participación de otros como tu consejo directivo, tus socios o tu equipo. Diseña una estructura clara en la que todos comprendan y respeten un proceso de toma de decisiones consensuado.
Los buenos líderes no intentan tener todas las respuestas: entienden que las opiniones diversas y las nuevas habilidades son necesarias para que la organización prospere a medida que crece. Cambia tu perspectiva: no estás perdiendo el control, sino compartiéndolo.
3. Planea el cambio
Sin importar tu edad o el tiempo que lleve funcionando tu organización, adoptar una mentalidad orientada a la sucesión te ayudará a pensar más allá de ti mismo y a generar confianza entre los grupos de interés para asegurar el éxito a largo plazo. Los líderes que valoran la continuidad deben formar co-líderes que puedan continuar con las operaciones ante cualquier eventualidad. Si eres la única persona capaz de impulsar el éxito de tu empresa, no le estás haciendo un favor.
Hoy puedes empezar a superar el síndrome del fundador
Todo emprendedor desea que su organización crezca. Si te encuentras asumiendo más tareas de las que puedes manejar, o involucrándote en asuntos que ya no corresponden a tu rol, considera trabajar con un coach para identificar tus puntos ciegos, delegar una pequeña tarea a un colega de confianza y fomentar que tu equipo exprese sus ideas. Activa a tu equipo para que sea una extensión de ti mismo y aprende a confiar en que sabrán mantener viva tu visión.
La visión nació contigo, el coraje para hacerla realidad también, pero su ejecución será más sólida si te rodeas de personas altamente capaces y creativas. ¡Déjalas brillar para que también brille tu visión!