Cómo evitar los peligros del pensamiento a corto plazo para lograr el éxito a largo plazo Con mucha frecuencia, los líderes eligen la opción que suena más atractiva en el momento. Aquí te explicamos por qué eso es un error.

En mi empresa, Jotform, nos tomamos nuestro programa de pasantías muy en serio.

Cuando un nuevo grupo de pasantes se une a nosotros, su primera semana está dedicada a una capacitación intensiva para ponerlos al tanto de quiénes somos, qué hacemos y cómo lo hacemos. Luego, los asignamos a equipos con personal experimentado y los ponemos a trabajar en sus propios proyectos. Para cuando regresan a las aulas, ya hemos sembrado las bases para que se conviertan en empleados exitosos.

Trabajar con pasantes consume tiempo y recursos. Pero también es una inversión. Algunos de nuestros mejores empleados comenzaron como pasantes: personas destacadas en quienes vimos potencial para aprender y crecer hasta ocupar roles más importantes.

A veces, podría parecer más fácil contratar candidatos que ya cuenten con la experiencia que buscamos. Para mí, eso es un claro ejemplo de pensamiento a corto plazo, una mentalidad que puede perjudicar seriamente a tu empresa a largo plazo. Al formar al talento joven no solo ahorramos en la contratación de un perfil de prestigio que podría no funcionar; también desarrollamos el talento de alguien que ya sabemos que queremos en nuestro equipo.

Sin embargo, muy frecuentemente, los líderes optan por la solución que suena más fácil, la que resulta más atractiva en el momento. Y eso, precisamente, es un error.

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Enfócate en un crecimiento sostenible

Si tu empresa, como la mía, se basa en un modelo de Software como Servicio (SaaS), construir una base de suscriptores lleva tiempo —y muchos clientes satisfechos— para alcanzar la sostenibilidad. Este es uno de los riesgos de aceptar inversión externa: puede crear la ilusión de éxito sin un crecimiento orgánico real.

El caso que más resuena en mi mente como advertencia es el de Theranos, la fallida startup de análisis de sangre que llegó a estar valorada en $9,000 millones de dólares. Theranos fue arrastrada por el hype, pero al final, la tecnología en la que supuestamente estaba basada ni siquiera existía. Con el tiempo, la empresa se desmoronó en medio de acusaciones de fraude e incluso una larga condena de prisión para su fundadora, Elizabeth Holmes.

Theranos es un caso extremo de lo que puede salir mal con el capital de riesgo, pero muestra lo que puede sucederle a un fundador que enfrenta una presión extraordinaria por dar resultados rápidos, y la falsa sensación de éxito que puede crear el financiamiento externo.

En lugar de buscar inversión externa, yo defiendo el bootstrapping (crecer con tus propios recursos). Es menos glamoroso, claro, pero fomenta un crecimiento real y sostenible, permite la innovación y construye resiliencia. Lo más importante es que te da la libertad de operar con tu propio ritmo, recopilar comentarios de los usuarios y concentrarte en desarrollar un producto que realmente funcione.

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Cuidado con la mentalidad de escasez

El pensamiento a corto plazo no solo proviene de un deseo de gratificación inmediata. También puede surgir del miedo.

En particular, la mentalidad de escasez, una idea desarrollada por el profesor de psicología y asuntos públicos de la Universidad de Princeton, Eldar Shafir, y el economista de la Universidad de Harvard, Sendhil Mullainathan, explica cómo contar con recursos limitados —ya sea tiempo, capital, etc.— reduce nuestra capacidad cognitiva, creando un efecto de túnel que nos permite centrarnos solo en metas a corto plazo.

"Todo psicólogo sabe que tenemos un espacio cognitivo y una capacidad limitada", explicó Shafir. "Cuando te concentras intensamente en una cosa, simplemente hay menos capacidad mental para dedicarla a otras cosas".

Los fundadores, especialmente en los primeros días de iniciar un negocio, están constantemente en riesgo de desarrollar una mentalidad de escasez. Después de todo, ¿quién siente realmente que tiene suficientes recursos? Pero las consecuencias de ceder ante la escasez pueden ser graves: el pensamiento a corto plazo no solo sofoca la creatividad, sino que puede llevar a decisiones impulsivas e impulsadas por prejuicios que no habrías tomado si hubieras estado pensando claramente.

No dejes que una mentalidad de escasez se convierta en una profecía autocumplida. En su lugar, practica cultivar una mentalidad de abundancia. Un buen lugar para empezar es centrarte no en lo que no tienes, sino en lo que sí tienes. Si eres un fundador que está creciendo con sus propios recursos, tienes el mejor activo de todos: el tiempo. Date el lujo de probar diferentes ideas, y no te frustres si no funcionan como esperabas. Las mejores ideas provienen de la experimentación.

Recuerda también que el cambio es incremental, por lo que no supongas que podrás cambiar tu forma de pensar en un solo día. Elige un área en la que sientas que una mentalidad de escasez te está frenando y comienza por ahí.

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Visualiza el futuro

Es fácil caer en la trampa del pensamiento a corto plazo cuando el futuro parece tan teórico. Tal vez te encanta la pizza —y sabes que no es lo mejor para tu salud. Pero cuando se te presenta la oportunidad de disfrutarla hoy, el futuro parece desvanecerse de la vista.

Investigadores han determinado que la capacidad de visualizar y empatizar con el propio futuro está asociada a la cualidad conocida como "continuidad del yo". Dicho de otra manera, si puedes visualizar tu futuro tan claramente como a tu yo presente, es más probable que tomes decisiones que sean beneficiosas a largo plazo.

Entonces, ¿cómo hacer que el futuro parezca menos abstracto? Intenta hacerte una autoentrevista. Puedes hacerlo imaginando que te sientas con tu Yo Futuro y le preguntas qué te aconsejaría en cuanto a dónde deberías enfocar tu tiempo y atención. ¿Qué deseas lograr en diez años? ¿En 20? ¿En 50? Al identificar estos objetivos a largo plazo, puedes comenzar a planificar de acuerdo con ellos en el presente.

Es fácil caer en la trampa del pensamiento a corto plazo. Pero al enfocarte en el crecimiento sostenible, practicar una mentalidad de abundancia y hacer que el futuro sea tan tangible como el presente, puedes tomar decisiones que te beneficiarán a largo plazo y te permitirán mantener tu negocio creciendo durante años.