¿Es hora de despedirte a ti mismo? 5 señales de que estás frenando a tu empresa Muchas veces los CEOs deben tomar decisiones difíciles sobre qué empleados deben ser despedidos para mejorar el negocio. A veces, como CEO, uno mismo debe aplicarse el bisturí.
Por George Deeb
Key Takeaways
- Los fundadores deben evaluar si sus habilidades están alineadas con la etapa de crecimiento en la que se encuentra la empresa.
- La falta de pasión o de ideas puede ser una señal de que es momento de hacerse a un lado.
- El líder adecuado asegura el impulso de la empresa, aunque ese líder no seas tú.
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La mayoría de los CEOs no consideran la posibilidad de ponerse a sí mismos en la línea de despido, pero existen muchos casos en los que tú, como CEO del negocio, podrías estar frenando el crecimiento de tu empresa. Es fundamental que seas honesto al evaluarte en tu rol, para asegurarte de que realmente eres la persona adecuada para el puesto.
Este artículo te ayudará a identificar ciertos escenarios en los que un cambio de CEO podría ser necesario, incluso si eso significa despedirte a ti mismo.
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Ya no tienes las habilidades adecuadas
La mayoría de los emprendedores son muy buenos poniendo una idea "en una hoja de papel", convirtiéndola en un producto, llevándola al mercado y logrando una primera tracción para el negocio, usualmente hasta alcanzar los primeros $10 millones de dólares en ingresos.
Eso no es poca cosa, y deberías sentirte muy orgulloso de haberlo logrado. Pero cuando la empresa necesita escalar de los $10 millones a los $50 millones de dólares en ingresos —la siguiente fase de crecimiento—, generalmente se requieren habilidades muy distintas. Ahora estamos hablando de lanzar nuevos productos, entrar a nuevos mercados, expandirse internacionalmente, realizar fusiones y adquisiciones, y aplicar otras estrategias que quizás no te resulten familiares.
Si te sientes abrumado por los nuevos retos del crecimiento en etapas más avanzadas, puede ser el momento adecuado para buscar a alguien que ya tenga esas habilidades comprobadas. No deberías de sentirte avergonzado por admitirlo: deberías sentirte fortalecido por haber tenido la inteligencia para evaluar la situación y encontrar la mejor manera de resolverla.
Sigues siendo dueño de tu participación accionaria, y como accionista, ¿no querrías darle a tu empresa la mayor probabilidad de éxito posible? A veces, eso podría estar en manos de alguien que no eres tú.
Te has quedado sin ideas
Si tu empresa está teniendo dificultades y ya has intentado todo lo que está a tu alcance para "enderezar el rumbo", puede que simplemente se trate de una situación en la que "no sabes lo que no sabes". Tus conocimientos y experiencia te han llevado hasta donde estás, pero tienen un límite.
A veces, lo que el negocio necesita es una mirada fresca. Ese nuevo CEO, con una formación y trayectoria diferente, podría detectar una solución sencilla que a ti se te escapa por completo. Si frecuentemente te descubres rascándote la cabeza sin encontrar respuestas claras a los problemas de tu empresa, tal vez sea momento de considerar un cambio en la dirección.
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Ya no sientes pasión por el negocio
Una parte igualmente importante del éxito como CEO es tener ese "fuego interior" necesario para triunfar a toda costa, sin importar los desafíos que se presenten.
Si notas que estás perdiendo esa pasión o que el negocio empieza a aburrirte (algo que puede ocurrir fácilmente con el tiempo), es muy fácil que pierdas el enfoque y simplemente entres en piloto automático, dejando que la empresa se mantenga gracias a esfuerzos pasados en lugar de avanzar con nuevas ideas e iniciativas.
En este escenario, no le estás haciendo ningún favor a tus accionistas (incluyéndote a ti mismo) al seguir en el cargo. Sé lo suficientemente inteligente para reconocer cuándo ya has "desconectado mentalmente" y busca a alguien que esté tan entusiasmado con tu empresa y su potencial como lo estabas tú al principio.
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Ya no te llevas bien con tu equipo
Para ser un CEO exitoso, es fundamental construir un gran equipo que funcione en armonía. Como en cualquier matrimonio, a veces las relaciones se deterioran con el tiempo. Tal vez sea culpa tuya y estés irritando a todos. O tal vez sea culpa de alguien del equipo, y cada palabra que dice te saque de quicio.
Sea cual sea la causa, un negocio no prosperará si el equipo no puede llevarse bien. O ellos deben irse, o tú debes hacerlo, para formar un grupo donde los miembros realmente se respeten y disfruten trabajar juntos, incluso cuando las circunstancias sean difíciles.
Has perdido la confianza de tus colegas
Tal vez sientas que estás haciendo un buen trabajo como CEO, pero si tus empleados, socios o inversionistas no comparten esa percepción, quizás ha llegado el momento de hacerte a un lado. Esta puede ser una verdad difícil de aceptar: tú te ves al espejo y ves éxito, mientras que los demás solo perciben carencias.
Pero si el equipo ha perdido la confianza en ti, lo más sensato es que tomes la iniciativa y te hagas a un lado, porque nadie sigue a un líder en quien no cree. Y puede ser mejor que renuncies en tus propios términos, antes de que el consejo decida despedirte cuando considere que ya ha sido suficiente (lo cual será mucho más difícil de explicar ante futuros empleadores).
Después de leer esto, ¿sigues creyendo que eres la persona indicada para liderar? Si la respuesta es sí, excelente, sigue adelante con determinación. Pero si algo de lo que has leído te hizo ruido o te resultó familiar, tal vez sea hora de tener esa conversación difícil contigo mismo. Tu negocio, tu equipo y tus accionistas (tú incluido) te lo agradecerán.
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