La mayoría de las startups no fracasan por falta de ideas o financiamiento — esta es la verdadera razón Las personas realmente son las que hacen o deshacen una startup. Incluso el proyecto más prometedor con una idea brillante puede desmoronarse por conflictos internos.
Por Dmitrii Khasanov
Key Takeaways
- Sé proactivo, abierto y mantente dispuesto a aprender de todos dentro de una startup.
- El éxito de una startup no depende solo de su idea o del mercado, sino también de lo cohesionadas y productivas que puedan ser las personas al interior del equipo.
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Cuando me encontré por primera vez con el mundo del capital de riesgo como mentor de startups, estaba convencido de que el éxito de un negocio dependía únicamente de la idea, el mercado y el financiamiento. Parecía lógico que encontrar la combinación perfecta de estos elementos garantizaría el éxito. Sin embargo, con los años, me he dado cuenta de que el factor más crítico es el equipo.
Las personas realmente son las que hacen o deshacen una startup. Incluso el proyecto más prometedor con una idea brillante puede desmoronarse debido a conflictos internos. De manera más fundamental, gran parte de lo que puede obstaculizar a las startups puede corregirse si se descubre a tiempo.
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Historias de fracaso
En una empresa en donde fui consultor durante sus primeras etapas, presencié algo memorable. Tenían un gran producto, inversores sólidos y un mercado prometedor. Sin embargo, los desacuerdos entre los fundadores empezaron a acumularse. Al principio, solo había algunos debates sobre las asignaciones de presupuesto y quién podía asistir a las reuniones de socios. Con el tiempo, estas controversias se convirtieron en ataques personales y comenzaron a erosionar la confianza dentro del equipo. Las tensiones aumentaron, la atmósfera del equipo se deterioró y, finalmente, miembros clave abandonaron el proyecto. Los inversores perdieron la confianza por la falta de cohesión, y la empresa cerró antes de poder alcanzar todo su potencial.
En otro caso, una startup de rápido crecimiento sufrió por la falta de claridad en los roles entre sus cofundadores. No podían ponerse de acuerdo sobre quién se encargaría de la estrategia y quién manejaría las operaciones. Cada fundador veía ciertas tareas como su responsabilidad, lo que llevó a conflictos, esfuerzos duplicados y un equipo desmoralizado. La startup perdió el enfoque, perdió plazos críticos y nunca llegó al mercado.
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Por qué los conflictos son tan destructivos
En un entorno de startup, donde cada minuto y recurso cuenta, los conflictos generan caos. Los problemas no resueltos generan desconfianza, disminuyen la productividad y dañan la moral. Con el tiempo, los mejores empleados pueden irse, y los inversores podrían perder la fe en el futuro de la empresa.
En realidad, los conflictos no son siempre malos, y si se gestionan correctamente, pueden estimular la creatividad, mostrar debilidades en la estrategia y formar equipos sólidos. El problema radica en cómo se manejan y abordan las situaciones. La clave es cómo se enfrentan y navegan estos conflictos.
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Causas comunes de conflicto
Para saber cómo gestionar un conflicto de manera efectiva, es necesario ser consciente de sus fuentes. En mi experiencia, las principales causas son:
- En las startups no hay tiempo para discutir las cosas a fondo, lo que genera errores y mala comunicación.
- Ya sea dinero, tiempo o talento, la escasez de recursos crea tensiones, pues los miembros del equipo compiten por lo que está disponible.
- Las responsabilidades ambiguas provocan confusión y conflicto, con personas realizando trabajos redundantes u olvidando áreas importantes.
- Las diferentes visiones sobre el éxito pueden crear fricciones continuas al interior de del equipo.
- A medida que aumentan la presión, los plazos y la incertidumbre, hasta los detalles más insignificantes se convierten en cuestiones críticas.
- Las ambiciones personales pueden eclipsar los objetivos de la empresa, especialmente cuando personalidades fuertes compiten por el dominio
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Estrategias para evitar el desastre
La comunicación abierta y honesta forma la base de un equipo exitoso. Las reuniones regulares, donde los miembros del equipo puedan compartir abiertamente desafíos y sugerencias, ayudan a identificar problemas potenciales de manera temprana. Por ejemplo, una empresa con la que trabajé implementó reuniones semanales, lo que creó un espacio para que los empleados expresaran sus preocupaciones.
Este enfoque alivió las tensiones y ayudó a construir confianza en todo el equipo, haciendo que todos se sintieran escuchados y valorados. La comunicación transparente reduce los malentendidos y fomenta un ambiente de confianza, lo que motiva a los miembros del equipo a colaborar de manera más efectiva.
Otro aspecto crucial para el éxito del equipo es definir claramente los roles. Todos deben comprender a fondo sus responsabilidades para evitar confusión e ineficiencia. Puedes realizar un taller de un día específicamente para delinear los roles individuales, lo que elimina incertidumbres y aumenta significativamente la productividad general.
Además, desarrollar la inteligencia emocional es vital para los líderes, especialmente en las startups. Ser capaz de reconocer y gestionar las emociones —tanto las propias como las del equipo— ayuda a los líderes a navegar situaciones desafiantes y resolver conflictos antes de que escalen. Fomentar la colaboración también es esencial para promover un equipo unido.
Desplazar el enfoque de los logros individuales a los objetivos orientados al equipo crea un sentido de propósito colectivo, con bonos vinculados al desempeño del grupo. Abrazar la diversidad de perspectivas puede ser un activo poderoso. En lugar de evitar las diferencias, los equipos deben aprender a apreciarlas y aprovecharlas para obtener una ventaja competitiva.
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Convertir el conflicto en crecimiento
Este es, en efecto, un nivel superior de gestión de conflictos. No solo se ve el conflicto como una forma de resolver diferencias, porque en realidad es una plataforma para oportunidades de mejora. Por ejemplo, conozco una startup que fue capaz de discutir consistentemente sobre su estrategia: después de algunas peleas, introdujo un nuevo producto en el mercado que ahora se ha convertido en la mayor fuente de ingresos de la empresa.
Si percibes que un conflicto está surgiendo, no lo ignores. Mejor, aborda abiertamente las preocupaciones, escucha y busca compromisos. Además, recuerda que no toda crisis es simplemente un desafío. Incluso podría convertirse en una oportunidad para fortalecer y empoderar a los miembros de tu equipo.
Una startup inevitablemente generará conflictos, pero no hay razón para temerlos. El conflicto puede ser la mejor herramienta para crear oportunidades de desarrollo e innovación en un entorno con el enfoque adecuado.
Sé proactivo, abierto y dispuesto a aprender de los demás. Al final del día, el éxito de la startup no depende solo de su idea o mercado, sino también de cuán cohesivas y productivas puedan ser las personas dentro de ese equipo.
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