Los 3 hábitos de vida que me hicieron más ágil, fuerte y exitoso Estos tres cambios de estilo de vida, simples pero poderosos, transformaron mi productividad, energía y mentalidad. Aquí te cuento cómo puedes hacer lo mismo.
Por Roy Dekel
Key Takeaways
- El éxito no se basa únicamente en el talento o la suerte: se construye sobre hábitos diarios que agudizan tu mente, fortalecen tu cuerpo y alimentan tu ambición.
- Adopté tres hábitos clave que no solo mejoraron mi salud, sino que también agudizaron mi enfoque, me convirtieron en un mejor líder y me ayudaron a avanzar en medio del caos.
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Hubo una época no muy lejana en la que, desde fuera, todo parecía ir sobre ruedas: la empresa crecía, aparecíamos en los medios, cerrábamos rondas de inversión. Pero detrás de esos logros, había un estilo de vida que, en silencio, saboteaba mi ventaja competitiva. Había subido de peso. No iba al gimnasio. Tomaba vino casi todas las noches. Comía lo que fuera más conveniente, muchas veces me saltaba comidas o pedía productos ultraprocesados para llevar.
Mi cuerpo y mi mente funcionaban con combustible basura. Eso se manifestaba como agotamiento, fatiga mental y altibajos emocionales —sobre todo al enfrentar negociaciones difíciles, críticas o retrocesos.
Todo empezó a cambiar cuando cambié el guion y fijé tres hábitos no negociables. No eran sugerencias. No eran metas. Eran reglas personales inquebrantables.
Estos tres cambios no solo mejoraron mi salud: agudizaron mi enfoque, me volvieron un mejor líder y me dieron la resistencia necesaria para avanzar en medio del caos. Cualquier emprendedor —sin importar su industria, edad o etapa profesional— debería tratar estos tres aspectos como si fueran parte de la infraestructura esencial de su negocio. Porque si tú colapsas, tu empresa también lo hará.
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1. Entrena como si fuera una junta directiva
Vamos a dejarlo claro: no haces ejercicio para verte bien en Instagram. Se trata de entrenar tu disciplina, manejar el estrés y desarrollar la resistencia necesaria para la guerra mental que implica emprender.
Los emprendedores de alto nivel tratan la actividad física como algo sagrado. Jeff Bezos es conocido por su transformación tras dejar el cargo de CEO en Amazon —pasó de el típico techie delgado a alguien que claramente se toma en serio el levantamiento de pesas. Mark Wahlberg, actor y empresario, dirige los gimnasios F45 y suele compartir sus intensas rutinas a las 4 de la mañana. Incluso Kevin Hart, quien construyó un imperio en el mundo del entretenimiento, vincula directamente su rutina de ejercicio con su agudeza mental y su resiliencia empresarial.
Volver a entrenar todos los días fue, al principio, una experiencia humilde para mí. Me faltaba fuerza y había perdido la disciplina. Pero después de algunas semanas de constancia —ya fuera levantando pesas, caminando o haciendo intervalos de alta intensidad— mi claridad mental regresó. Dormía mejor. Mi estado de ánimo se estabilizó. Podía enfrentar el estrés sin la necesidad de una copa de cabernet para relajarme.
La ciencia lo respalda. Un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard indica que el ejercicio aeróbico regular mejora la función ejecutiva: la toma de decisiones, la resolución de problemas y la concentración — justamente lo que nos pagan por hacer bien.
El emprendimiento es un deporte. Empieza a tratar tu cuerpo como lo haría un atleta.
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2. Come como si tus decisiones dependieran de ello — porque así es
Hay un viejo refrán que dice: "Si no le das tiempo a tu bienestar, te verás obligado a darle tiempo a tu enfermedad". Ahí es donde la mayoría de los emprendedores se equivoca.
La cultura glorifica las jornadas de 18 horas y los almuerzos de comida rápida como símbolos de esfuerzo. Pero esa mentalidad está quebrada. Esta es la verdad: tu cuerpo es una máquina de procesamiento, y lo que le das se convierte en combustible para pensar, comunicar y liderar. Si lo alimentas mal, se descompone. Rápido.
Yo cambié mi alimentación adoptando un enfoque flexitariano — basado principalmente en vegetales, granos, legumbres, pescado y, ocasionalmente, carne roja. No hice algo extremo. Hice algo intencional. Ese simple cambio me dio más energía en las tardes, menos niebla mental y cero caídas de azúcar o carbohidratos procesados. Empecé a leer las etiquetas. Dejé de fingir que las "barras de proteína" eran una comida. Tomé más agua y menos copas de vino.
Mira a Tom Brady — rindiendo al máximo a sus 40 años gracias a una dieta limpia y disciplinada. O a Tim Ferriss, que sigue regímenes alimenticios estrictos para optimizar su rendimiento. Incluso empresas como Sweetgreen, Sakara Life y Athletic Greens han construido imperios dirigidos a personas de alto rendimiento que no quieren sacrificar claridad ni energía por conveniencia.
No hay nada glamoroso en terminar en el hospital por agotamiento o dirigir a tu equipo sin energía. Los emprendedores deben empezar a ver la comida como un combustible estratégico.
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3. Duerme como un profesional, no como un mártir
Uno de los mitos más absurdos del mundo de los negocios es la glorificación de la falta de sueño. Lo escuchas todo el tiempo: "Yo solo duermo cuatro horas", "Dormir es para los perdedores", "Ya dormiré cuando me muera".
Ese tipo de pensamiento va a acabar con tu rendimiento —y posiblemente también tu salud.
La neurociencia es clara: dormir entre siete y ocho horas de calidad cada noche es esencial para consolidar la memoria, regular las emociones y mantener un buen desempeño cognitivo. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) han declarado que la falta de sueño es una epidemia de salud pública, y para los emprendedores, resulta todavía más peligrosa.
Las investigaciones han demostrado que durante el sueño, el cerebro elimina toxinas acumuladas durante el día. Sin el descanso adecuado, esas toxinas se acumulan y deterioran el funcionamiento cerebral.
Elon Musk llegó a tuitear que trabajaba 120 horas a la semana, y luego admitió que eso casi "le cuesta la cordura". Desde entonces, incluso él ha reducido el ritmo y ha empezado a promover el buen descanso. Arianna Huffington creó todo un movimiento en torno a la cultura del sueño después de desmayarse por agotamiento y golpearse la cabeza contra su escritorio.
Yo aprendí a tratar mi sueño como trato mi agenda: programado, protegido y predecible. Nada de pantallas por la noche. Nada de vino ya tarde. Misma hora para dormir todos los días, incluyendo fines de semana. ¿El resultado? Menos decisiones impulsivas, menos reacciones emocionales y un pensamiento mucho más estratégico por las mañanas.
Dormir bien es una ventaja competitiva. Úsala.
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El éxito no es solo estrategia. Es fisiología
Frecuentemente creemos que necesitamos mejores tácticas, mejores embudos de ventas o mejores socios de inversión. Pero, en realidad, lo que muchas veces necesitamos es un mejor cuerpo para cargar con el peso de nuestras ideas.
Ejercicio. Alimentación. Sueño.
Estos tres pilares, cuando se tratan con la misma intensidad y disciplina que un pitch ante inversores o el lanzamiento de un producto, te darán una ventaja mental que el dinero no puede comprar. Te volverán más sereno bajo presión, más enfocado en medio del caos y más persuasivo en cada sala a la que entres.
El emprendimiento no es para los débiles. Así que deja de entrenar más a tu empresa que a ti mismo.
El retorno de inversión en tu cuerpo será la mejor inversión que puedas hacer.