¿Me quedo o me voy? 8 puntos clave para resolver el dilema del fundador Estas ocho señales clave ayudan a los fundadores a decidir si deben seguir adelante o desistir.
Por Dima Maslennikov
Key Takeaways
- Los fundadores deben evaluar los recursos disponibles, el feedback del mercado y sus límites personales para decidir si perseveran, cambian de rumbo o abandonan.
- La fe ciega en una visión, ignorar el feedback negativo del mercado o avanzar tercamente a pesar de las señales de alerta, suele llevar al fracaso.
- Recibir aportes de mentores, asesores o colegas puede proporcionar claridad y ayudar a tomar decisiones equilibradas sobre el futuro del proyecto.
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Hola, soy Dima, el fundador único y autofinanciado de PitchBob, una herramienta diseñada para ayudar a emprendedores a hacer sus ideas realidad.
Quiero empezar con una aclaración: mi trayectoria como emprendedora no es nueva. Tengo experiencias significativas construyendo negocios en el pasado, y las decisiones que tomé con PitchBob fueron deliberadas. Ya sea autofinanciarme o hacerlo sola, estas decisiones fueron calculadas, no accidentales.
A pesar de esta experiencia, no puedo contar cuántas veces he luchado contra el impulso de abandonar: ya sea detener el progreso, cambiar de rumbo o abandonarlo todo. Aunque PitchBob ha sido mi principal enfoque durante los últimos dos años, estas ideas siguen surgiendo.
Con el fin del año cerca, me encuentro reflexionando sobre plazos autoimpuestos: puntos de control para evaluar si PitchBob ha "despegado" o si es hora de enfrentar la dura realidad. El concepto de éxito para una startup a menudo es flexible, y esa ambigüedad puede crear espacio para negociaciones internas: ¿debería persistir o pasar a otra cosa?
La analogía del despegue: Evaluar el progreso
Suelo comparar las nuevas ideas con un avión que acelera por una pista. Los motores rugen, el avión toma velocidad, las alas se mueven... pero todavía no despega. En estos momentos, el piloto se siente en control... salvo por una cosa: la longitud finita de la pista.
Como fundador, tu trabajo es evaluar esa pista: tu tiempo disponible, recursos y oportunidad de mercado. ¿Hay suficiente impulso para despegar? ¿Deberías seguir adelante o es hora de detenerte y cambiar de rumbo?
¿Hay suficiente impulso para despegar? ¿Deberías seguir adelante o es hora de detenerte y cambiar de rumbo?
Esta analogía sirve como marco para una de las preguntas más difíciles que enfrentan los emprendedores: ¿Cuándo es momento de renunciar y cuándo deberías redoblar esfuerzos? Es un dilema universal, ejemplificado en esa famosa imagen de un minero alejándose a centímetros de encontrar oro.
¿Es el emprendimiento una especie de adicción?
Hay una línea delgada entre la pasión y la obsesión. El emprendimiento a veces puede parecerse a una adicción: un impulso insaciable por construir, crear y tener éxito, incluso cuando hay evidencia abrumadora de que las cosas no están funcionando.
Peor aún, los altibajos emocionales de dirigir una startup pueden parecerse al ciclo de la adicción. La emoción de lanzar un producto, cerrar un trato o asegurar financiamiento puede transformarse rápidamente en desilusión cuando las cosas no salen según lo planeado.
Entonces, ¿cómo saber si te estás esforzando demasiado?
¿Cómo puedes evitar la trampa de seguir invirtiendo dinero, tiempo y energía en algo que no funciona?
Para abordar esto, veamos ocho señales clave que ayudan a los fundadores a decidir si perseverar o dejarlo ir.
Cuándo dejar ir
- Falta de progreso a pesar del esfuerzo
Si meses (o incluso años) de trabajo enfocado han generado poco o ningún avance, considera si el problema está en la demanda del mercado más que en la ejecución. - Constante feedback negativo
Si clientes, socios o inversores rechazan constantemente tu idea, es hora de replantearte tus suposiciones. A veces, el mercado simplemente no está listo o interesado. - El bienestar personal está disminuyendo
Si tu startup está afectando tu salud, finanzas o relaciones, es una señal de alerta. Ninguna idea de negocio vale la destrucción personal. - La pista se ha acabado
Si has agotado tus recursos financieros, emocionales y temporales, quizás sea mejor aterrizar el avión antes de correr el riesgo de que se estrelle.
Cuándo perseverar
- Estás viendo tracción
Incluso señales menores de compromiso por parte de clientes o usuarios pueden indicar que tu idea tiene potencial. A veces, unos ajustes pueden desbloquear un crecimiento significativo. - Existe un camino claro a seguir
Si has identificado pasos concretos que podrían marcar la diferencia, vale la pena continuar. - Validación externa
El apoyo de inversores, socios o asesores creíbles puede reafirmar tu confianza en el proyecto y proporcionar recursos críticos para avanzar. - Tu pasión sigue intacta
La pasión puede ser el combustible que impulsa la perseverancia. Si todavía estás emocionado por resolver el problema, quizás valga la pena seguir.
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Equilibrando la determinación y el realismo
El emprendimiento suele glorificar la determinación: "Nunca te rindas" es un mantra conocido. Pero la realidad es más matizada. Aunque la perseverancia es crucial, también lo es saber cuándo un proyecto ha llegado a su fin natural.
La clave está en la autoevaluación honesta. Al evaluar tu pista, entender el feedback del mercado y reconocer tus límites personales, puedes tomar decisiones equilibradas sobre cuándo redoblar esfuerzos y cuándo cambiar de rumbo.
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El camino hacia el éxito
El éxito no es lineal. A veces, la mejor decisión es pivotar, empezar de nuevo o incluso retirarte por completo. Saber cuándo renunciar puede ser tan importante como saber cuándo perseverar.
El fracaso, después de todo, no es lo opuesto al éxito; muchas veces es un paso hacia él.
Para los fundadores que enfrentan esta decisión, recuerda que buscar perspectivas externas puede ayudar. Ya sea un mentor, un compañero emprendedor o un asesor de confianza, podrían brindarte la claridad que necesitas para evaluar tu pista y determinar tus próximos pasos.
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