Estás pasando por alto a esta fuerza laboral oculta — y te está costando Las mamás no solo son grandes "multitaskers". Son líderes. Es hora de que empecemos a tratarlas como tal.
Por Asia Solnyshkina
Key Takeaways
- Las mamás son trabajadoras con habilidades y resiliencia — no un riesgo de contratación.
- Los sesgos internalizados nos impiden ver el cuidado como una forma de liderazgo.
- Contratar mujeres y madres fortalece a los equipos e impulsa el éxito del negocio.
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¿Qué pensarías si te dijera que existe un enorme grupo de potenciales empleadas que han dominado el arte de la multitarea, son increíblemente resilientes, emocionalmente inteligentes y están bien capacitadas? Casi nunca se quejan. Además, son fáciles de encontrar. Suena como un sueño, ¿verdad?
Esas personas son mamás. Las mamás son pacientes y trabajadoras. Nosotras, las mujeres, esperamos eso de nosotras mismas.
Las mujeres siguen estando subrepresentadas en puestos de liderazgo (en Estados Unidos todavía ocupan menos del 30% de los cargos ejecutivos). Con frecuencia son relegadas no por falta de habilidades o ambición, sino por barreras sistémicas e internalizadas.
El peso invisible
Como madre de dos hijos, durante muchos años viví con la ilusión de que el feminismo ya había ganado. Me dieron, como mujer, todos los derechos para trabajar y construir mi propia carrera, ¿no es así? No entendía por qué se sentía tan difícil.
Pensaba que el problema era yo, y que nadie más sentía lo que yo sentía. No reconocía lo mucho que la misoginia internalizada moldeaba mi percepción de mí misma. Cómo me autocensuraba al decir que era fundadora de una startup, estratega y creadora de productos. Pero siempre quise tener hijos, y fue justo cuando comencé a criar a mi hija neurodivergente que comprendí plenamente cómo el trabajo invisible y no remunerado transforma tu visión del valor y la autoestima.
En un artículo reciente que escribí para Entrepreneur, expliqué cómo construir un sistema de apoyo para mi hija reflejaba la estructura de mi startup: gestionar un equipo, establecer metas y adaptarse rápidamente al cambio. Pero nadie ve a una madre que organiza el horario de los cuidadores de su hija como a una fundadora. Y ese es el problema. No enmarcamos el cuidado —incluso el de niños neurotípicos— como liderazgo, a pesar de ser un trabajo profundamente complejo y de gestión, porque nos han enseñado a no verlo así.
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Misoginia internalizada: la guardiana silenciosa
El patriarcado no ha desaparecido, simplemente se ha vuelto subterráneo — y, muchas veces, son las propias mujeres quienes lo refuerzan. La misoginia internalizada nos dice que minimicemos nuestros logros, que editemos nuestra voz, que veamos el cuidado como algo separado del liderazgo, no como una de sus fortalezas.
Estaba en una conferencia de tecnología en Las Vegas y noté algo extraño: no había fila frente al baño de mujeres. Mientras tanto, los hombres hacían cola. Normalmente es al revés. Esa pequeña observación me golpeó con fuerza. Las mujeres seguimos siendo muy pocas en mi industria.
Hablemos de expectativas: se espera que las mujeres rindan en sus trabajos, mantengan el hogar, críen a los hijos y estén emocionalmente disponibles. Y, además, que tengan las manos bien arregladas. La doble carga es real, y agotadora.
Por qué es un problema empresarial, no solo social
No se trata solo de una injusticia. Es una ineficiencia. Las empresas pierden al ignorar la manera en que las expectativas de género excluyen a la mitad del talento disponible. Incluso en 2025, las mujeres tienen menos probabilidades de postularse a puestos de liderazgo si las descripciones de trabajo están redactadas con un sesgo masculino. Cuando se le pide a una herramienta de inteligencia artificial que genere la imagen de un "CEO", el resultado casi siempre es un hombre blanco de mediana edad (haz la prueba). Ese sesgo no es culpa de la máquina. Refleja los datos (y los prejuicios) que le hemos dado. Esto significa que, si queremos cambiar los resultados, tenemos que cambiar los insumos.
Eso incluye nuestra propia mentalidad.
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Por qué contrato específicamente a madres y a mujeres
En mi empresa, el 80% del equipo son mujeres, y la mayoría son madres. No las contrato por hacerles un favor, sino porque son algunas de las profesionales más fuertes con las que he trabajado. La maternidad te enseña a priorizar rápido, a manejar el caos y a seguir adelante pase lo que pase, porque no tienes tiempo que perder.
Las madres son disciplinadas, emocionalmente inteligentes y profundamente comprometidas. Mi propia madre me dijo: "No habría construido mi carrera sin ti". Yo siento lo mismo. Mis hijos no me frenaron; me dieron un nuevo sentido de propósito. Veo ese mismo fuego en las mujeres que contrato. Y cuando se sienten apoyadas, brillan.
¿Qué pueden empezar a hacer las empresas?
No se trata de reescribir toda la estructura corporativa de la noche a la mañana. Estas son algunas acciones concretas que puedes empezar a implementar hoy mismo para aprovechar una fuerza laboral extraordinaria:
- Revisa tus ofertas de empleo en busca de lenguaje con sesgo de género. Las investigaciones indican que los anuncios que destacan cualidades como "agresividad" y "competitividad" atraen muchas menos mujeres postulantes que aquellos que valoran el "entusiasmo" y la "innovación".
- Ofrece flexibilidad no solo como un beneficio, sino como una base. Las mujeres con alta flexibilidad laboral son mucho más productivas y leales: el 66% afirma que permanecería más de tres años en una empresa flexible, en comparación con solo el 19% cuando esa flexibilidad no existe.
- Mentorea —y patrocina— hacia arriba. La falta de patrocinadores influyentes, más que la falta de habilidades, es una de las principales razones por las que muchas mujeres no alcanzan los niveles ejecutivos.
- Desafía el sesgo. Ya sea en herramientas de IA, retroalimentación de equipo o comités de contratación, hazte la pregunta de forma activa: "¿Quién falta aquí?"
Porque cuando incluimos a más mujeres, no solo creamos equidad. Construimos mejores negocios.
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