La brecha de riqueza en Panamá persiste a pesar de los recientes avances económicos: Banco Mundial La lucha de Panamá por resolver la cuestión del desequilibrio económico sigue siendo motivo de investigación.
Por Indya Mason
Key Takeaways
- A pesar de su crecimiento económico, Panamá sigue enfrentando altos niveles de desigualdad debido a brechas territoriales y étnicas, baja calidad del empleo y deficiencias en educación.
- Un informe del Banco Mundial propone estrategias para reducir estas disparidades y promover un desarrollo más equitativo.
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"A pesar de los avances en la reducción de la pobreza, la desigualdad sigue siendo el talón de Aquiles de Panamá", afirmó el 12 de febrero Luis Felipe López-Calva, Director Global de la Práctica Global de Pobreza y Equidad del Grupo Banco Mundial en la Vicepresidencia de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones (EFI).
Según un nuevo informe publicado el 12 de febrero, la desigualdad en Panamá persiste a pesar de su prosperidad económica.
El informe, Panamá: Del crecimiento a la prosperidad, atribuye los altos índices de desigualdad del país centroamericano a los bajos niveles de capital humano y a la mala calidad del empleo, que crean notables disparidades económicas en todo el país.
Además, el estudio revela que existen importantes desigualdades en el mercado laboral que son representativas de las divisiones étnicas y territoriales de Panamá.
A pesar de su clasificación como país de renta alta, Panamá ha sido identificado como uno de los países más desiguales del mundo. En 2023, la pobreza en las regiones indígenas (comarcas) fue 15 veces mayor que en las zonas urbanas, alcanzando un 76%. La lucha de Panamá por resolver la cuestión del desequilibrio económico sigue siendo motivo de investigación.
El Banco Mundial identificó tres recomendaciones para que las autoridades panameñas atiendan las causas primarias de la desigualdad y cierren la brecha de riqueza del país.
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La primera recomendación es promover el cierre de las brechas territoriales y étnicas mediante la promoción de oportunidades de crecimiento en las comunidades rurales e indígenas. El estudio señala que las poblaciones indígenas que viven en las comarcas rurales de Panamá tienen un acceso claramente restringido a infraestructuras y servicios, lo que limita su acceso a oportunidades de empleo mejor remuneradas y de mayor calidad.
El segundo pilar promueve la mejora de la calidad de la educación en todo el país y fomenta la acumulación de capital humano desde las primeras etapas del desarrollo infantil hasta la educación terciaria. Las prácticas educativas existentes, según los investigadores, deben reformarse para garantizar transiciones más fluidas y frecuentes al mercado laboral.
El último pilar aboga por una mayor protección de los hogares frente a los riesgos naturales a los que Panamá es muy propenso, ya que el país ocupa el decimocuarto lugar mundial en cuanto a exposición a múltiples riesgos como inundaciones y ciclones. Los hogares más pobres, que dependen en mayor medida de sectores dependientes del clima como la agricultura, tienen menos capacidad para recuperarse tras los desastres naturales y, según el informe, a menudo carecen de recursos para responder eficazmente a las crisis debido a la limitada cobertura de los programas de protección social adaptativa.
En un comunicado de prensa del 13 de febrero, Oscar Calvo-González, Director Regional de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, afirmó que si el país centroamericano espera hacer frente a la desigualdad, debe "continuar invirtiendo en educación y capacitación de calidad alineada con las demandas del mercado laboral y promover políticas que reduzcan las brechas territoriales y étnicas para lograr un crecimiento sostenido que beneficie a todos los panameños".