Miedo y confusión: orden ejecutiva de Donald Trump pone en la mira los programas de diversidad, equidad e inclusión La orden ejecutiva firmada por el presidente deroga ciertas políticas relacionadas con un de 1965 que establecía lineamientos para garantizar igualdad de oportunidades laborales entre contratistas federales, considerando factores como raza, género y credo.

Bastó una firma para que Donald Trump generara confusión en los departamentos de Recursos Humanos de las empresas. A los pocos minutos de haber jurado como presidente de los Estados Unidos el lunes pasado, el mandatario firmó una orden ejecutiva que limita la implementación de programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI, por sus siglas en inglés) en las empresas que prestan sus servicios a entidades gubernamentales.
Estos programas tienen como objetivo fomentar oportunidades laborales para grupos de la población que suelen estar subrepresentados, como mujeres, minorías étnicas y miembros de la comunidad LGBTQ+. Durante años, estas iniciativas han buscado combatir el racismo estructural y la desigualdad durante los procesos de contratación que hacen los departamentos de Recursos Humanos.
Sin embargo, la orden ejecutiva firmada por Donald Trump deroga ciertas políticas relacionadas con el decreto de 1965 (la Orden Ejecutiva 11246, emitida bajo la administración de Lyndon B. Johnson), que había establecido lineamientos para garantizar igualdad de oportunidades laborales entre contratistas federales, considerando factores como raza, género y credo.
Además, la orden ejecutiva instruye al gobierno federal a revisar las iniciativas DEI dentro del sector privado. Según el documento, cada agencia federal debe identificar "hasta nueve posibles investigaciones de cumplimiento civil" que podrían abarcar, entre otras, corporaciones que cotizan en bolsa, organizaciones sin fines de lucro y grandes fundaciones.
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¿Cómo afecta esto a las empresas privadas?
Esta decisión no solo ha sembrado temor y confusión entre los prestamistas gubernamentales, sino también en el sector privado y en empresas que no trabajan directamente con el gobierno, pues la orden ejecutiva instruye a las agencias federales a revisar las iniciativas DEI en el sector privado.
Aunque por el momento no queda claro qué le podría pasar a una empresa privada cuyos programas DEI sean señalados por el gobierno (cada departamento debe presentar al menos nueve casos), el simple hecho de que puedan ser criticados ha generado miedo e incertidumbre, lo que podría derivar en que las empresas prefieran dejar atrás sus programas.
Al parecer, la estrategia del gobierno de Donald Trump es disuadir este tipo de iniciativas en el sector privado generando presión desde el gobierno.
Según The New York Times el día de hoy la administración de Trump amenazó a los empleados federales con "consecuencias adversas" si no informan sobre colegas que desobedezcan órdenes de eliminar los DEI de sus respectivas agencias.
¿Qué motiva a Donald Trump a limitar los programas DEI?
La administración del actual presidente de los Estados Unidos ha justificado la medida al argumentar que los programas DEI podrían "promover divisiones raciales" o imponer narrativas que, según ellos, hacen ver al país como racista o sexista y, más que ayudar, profundizan las divisiones.
La idea del presidente es que las contrataciones se basen en el mérito individual y no en una cuota que los contratistas y las empresas necesitan para cumplir con sus programas DEI. Además, la administración ve en estos programas una forma de activismo "woke" que no debería de estar financiado por el Estado.
Como sea, la medida ha generado confusión y añade una nueva capa de tensión al clima político que acompaña la llegada de Donald Trump al poder.
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