¿A qué precio? La presión laboral oculta en las grandes plataformas de comercio electrónico Con el auge del comercio electrónico, surgen denuncias sobre la presión laboral y el monitoreo extremo en empresas de envíos.

La magia de la Navidad se vivió al máximo, y la cantidad de compras fue el reflejo de ello. Hoy en día, plataformas como Amazon, Shein o AliExpress hacen que llenar el árbol de regalos sea tan fácil como un solo clic desde el sofá.

Pero mientras los clientes disfrutan de la comodidad de recibir sus pedidos en casa, detrás de cada paquete se oculta una realidad menos encantadora: la de los trabajadores que sostienen esta maquinaria.

En un reportaje del medio italiano Leggo, Francesca (nombre ficticio) reveló las condiciones laborales que enfrenta en uno de los gigantes del comercio electrónico, Amazon.

Desde finales de noviembre hasta mediados de enero, los empleados deben soportar jornadas intensas y una supervisión constante.

"Cada empleado lleva un dispositivo que monitorea todo lo que hacemos: los tiempos, las tareas y la productividad. Incluso elaboran un ranking para saber quién trabaja más rápido", comentó Francesca.

La presión también afecta a los descansos. Según relató la mujer, al salir con los conductores para cargar pedidos, las pausas son inexistentes durante horas.

Aunque en los almacenes es posible ir al baño, debe avisarse previamente para que alguien lo reemplace. La clave es no romper el ritmo.

Durante campañas como el Black Friday y las fiestas navideñas, la contratación de empleados temporales se dispara. Sin embargo, estos trabajadores enfrentan retos adicionales.

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"Los nuevos deben ganarse su lugar", afirmó Francesca, refiriéndose a las altas exigencias para lograr una renovación de contrato.

Para medir el bienestar laboral, la empresa realiza encuestas periódicas. Aunque esta práctica podría parecer positiva, Francesca considera que está lejos de ser objetiva.

"Las respuestas son siempre positivas porque las encuestas están vinculadas a nuestro dispositivo personal. ¿Quién criticaría a su jefe si espera una renovación?", cuestionó.

Mientras millones disfrutan de la comodidad de las compras en línea, historias como la de Francesca ponen en el centro del debate la manera en la que las empresas gestionan el trabajo en esta era digital.