China y su apuesta por ganar la carrera de la IA Mientras Occidente restringe el acceso a la IA avanzada, China adopta un enfoque distinto: democratización, desarrollo descentralizado y colaboración global.
Por Stiven Cartagena
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Cuando Estados Unidos anunció sus medidas de control para las tecnologías de inteligencia artificial (IA), que incluyen bloquear el acceso de China a los chips avanzados de IA y los modelos patentados, la respuesta parecía predecible: el país asiático construiría su propia tecnología y dejaría en evidencia el secreto detrás de ella.
Al poco tiempo China sorprendió al mundo con el lanzamiento de DeepSeek-R1, una IA que costó menos de $6 millones de dólares y utilizó chips Nvidia para su entrenamiento; además, liberó el código para que cualquier persona pudiera utilizar su infraestructura libremente.
Desde el debut de DeepSeek, otras empresas han respondido a OpenAI con una oleada de modelos cada vez más avanzados. Por ejemplo, Alibaba afirma que su último modelo de razonamiento de IA QwQ-32B rivaliza con el R1 de DeepSeek y ha tenido un buen desempeño en las pruebas de referencia oficiales.
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Un impulso a la democratización de la IA
La llegada de estas inteligencias podría ser vista como una declaración de que la IA debería estar abierta al mundo, no solo a un grupo selecto de empresas o disponible a través de un modelo de suscripción. Sin embargo, en los negocios y la geopolítica, la generosidad rara vez se tiene en cuenta.
Por ahora, la mayoría de los gigantes tecnológicos estadounidenses tratan a la IA como un recurso "exclusivo", restringiendo el acceso a sus modelos más avanzados detrás de suscripciones de pago.
OpenAI, Google DeepMind y Anthropic son algunas de las compañías que ofrecen modelos de IA a través de planes de pago y ofertas empresariales. Mientras tanto, el gobierno de los Estados Unidos ve la inteligencia artificial de código abierto como un riesgo de seguridad, temiendo que los modelos no regulados puedan ser ajustados a las armas cibernéticas.
Bajo la lupa de occidente
Actualmente, DeepSeek enfrenta una investigación por parte de Microsoft y OpenAI. Ambas compañías acusan a la empresa china de haber copiado el comportamiento de ChatGPT mediante técnicas de destilación para entrenar sus modelos de IA.
Microsoft señala que, a finales de 2024, se detectó una filtración masiva de datos a través de la API para desarrolladores de OpenAI. Se sospecha que esta brecha de seguridad fue provocada por un grupo vinculado a la compañía china. Aunque esto podría dificultar su expansión internacional, China sigue siendo un actor clave en la competencia global por la inteligencia artificial.
Una ventaja para los empresarios chinos
Sin embargo, los grupos tecnológicos chinos están adoptando un enfoque muy diferente. Al abrir esta tecnología para cualquier persona, no solo evaden las sanciones, sino que también descentralizan el desarrollo y aprovechan el talento global para entrenar sus modelos. Las restricciones en los chips de alta gama de Nvidia tienen menor impacto cuando otros países pueden entrenar y mejorar los modelos de China utilizando hardware alternativo.
De hecho, recientemente se supo que Huawei estaría colaborando con DeepSeek para incluir su tecnología en los chips de la compañía. La información proviene de un usuario en X, quien compartió una imagen promocional de Huawei. DeepSeek es una opción dentro de su plataforma de inteligencia artificial ModelArts (MaaS), que también incluye Llama, Qwen y modelos de Alibaba.
Para Yury Lifshits, fundador y CEO de Nim, gran parte de la carrera de la IA radica en la inversión en los ecosistemas académicos de cada país: "Gran parte de los avances en IA y tecnología han sido impulsados por una sólida base académica y una cultura de código abierto que fomenta la colaboración. La innovación no puede depender únicamente de los esfuerzos corporativos".
Lo cierto es que, cada nuevo lanzamiento se basa en el último, perfeccionando las debilidades, ampliando las capacidades y mejorando la eficiencia. Mediante modelos de IA de código abierto, los grupos tecnológicos chinos crean un ecosistema donde los desarrolladores globales mejoran continuamente sus modelos, sin asumir todos los costos de desarrollo.
Por ejemplo, para el gobierno de Beijing, esta estrategia podría ser un arma poderosa en la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China. Las empresas chinas que desarrollan IA podrían consolidarse en sectores estratégicos, compitiendo con los gigantes tecnológicos occidentales.
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