Galería: 5 mitos comunes sobre el sueño que son mentira

¿Cuánto sabes realmente sobre el sueño? Es un tema que todos creemos entender, pero investigadores especializados siguen aprendiendo cómo el descanso (y la falta de él) afecta nuestro desempeño y salud.
Todos los días, miles de mitos sobre las mejores prácticas para dormir circulan la red. Si pasas tus noches contando ovejas (o, probablemente, revisando tus redes sociales), puede que estés creyendo en alguna mentira común sobre dormir bien.
Aquí desenmascaramos algunas de estas falsas creencias.
Mito del sueño #1: las pastillas para dormir no hacen daño

La realidad: depende de lo que consideres dañino. Hay numerosos reportes que muestran que algunos medicamentos pueden provocar comportamientos bizarros durante el sueño (como comer alimento para gato).
Y aun cuando los efectos no son tan estrafalarios, sus lados positivos tampoco son tan destacables: de acuerdo con una investigación del National Institute of Health de Estados Unidos, las personas que toman este tipo de pastillas solo obtienen unos 15 minutos de sueño extra por las noches.
Mito del sueño #2: las bebidas energéticas te dan “pila” para todo el día

Mito del sueño #3: ver la TV antes de costarse ayuda a dormir

Mito del sueño #4: “Al que madruga, Dios lo ayuda”

La realidad: despertarse muy temprano puede ser un gran hábito siempre y cuando tengas la cantidad de sueño necesaria. Es decir, de nada sirve despertarse a las cinco de la mañana si te acostaste a las dos.
Además, las horas más óptimas para dormir –aquellas que te ofrecen el mejor descanso- difieren de persona a persona. Algunos individuos son más productivos en la mañana, por lo que su inclinación natural será acostarse y levantarse más temprano. Otros trabajan mejor de noche y forzar el sueño a una hora más temprana que les resulte antinatural puede provocarles insomnio y una baja de productividad.
Mito del sueño #5: si no puedes dormir por las noches, no te pares de la cama

La realidad: debes asociar tu cama y tu habitación con un lugar de descanso, no de tortura. Si despiertas y no puedes volver a dormirte en los siguientes 20 minutos, lo mejor es que te levantes y te vayas a otro cuarto.
Trata de mantener este lugar oscuro o con luces muy bajas y evita actividades que requieran que enciendas la luz (como leer un libro o revisar tu celular). Mejor, haz algunos estiramientos ligeros, ora o medita. Una vez que sientas algo de adormilamiento, regresa a tu habitación y trata de dormir de nuevo.