El conflicto es inevitable pero necesario. Aquí te decimos cómo mantener la calma durante una discusión para reconstruir después Navegar por el conflicto con las personas a las que apreciamos, tanto en el trabajo como en casa, puede ser difícil. Pero si sigues estos cinco pasos, será mucho más fácil, y también conservarás la relación.
Por Amy M Chambers Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
Key Takeaways
- 1. Reduce la velocidad del conflicto para que puedas elegir conscientemente tu respuesta.
- 2. Descubre de qué se trata realmente el conflicto.
- 3. No hagas suposiciones.
- 4. Pon el conflicto en perspectiva.
- 5. Recuerda: están en el mismo equipo.
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El conflicto es normal. No conozco a nadie que se lleve bien con su cónyuge, jefe o mejor amigo el 100% del tiempo. Sin embargo, algunas personas se encuentran en medio del conflicto con mucha menor frecuencia que otras y, cuando lo hacen, no es tan grave.
Algunas personas también se recuperan del conflicto de manera más rápida y sencilla. Si también deseas minimizar la frecuencia y duración del conflicto en tu vida, aquí te compartimos cinco cosas que puedes hacer para empezar a hacerlo.
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1. Reduce la velocidad del conflicto para que puedas elegir conscientemente tu respuesta
Esto puede sonar contradictorio, pero aquellos que procesan el conflicto más rápidamente suelen extender el espacio entre el estímulo y la respuesta. A menudo ralentizan el conflicto e incluso pueden pedir tomar un descanso. Cuando te das un poco más de tiempo para pensar, algo sucede en tu cerebro: invitas e involucras a tu mente consciente en el proceso de toma de decisiones sobre cómo te gustaría responder.
Las personas que regularmente piden unos minutos (o a veces más) para pensar y procesar lo que han escuchado antes de responder, suelen responden mejor. Eso se debe a que tener un poco de tiempo extra nos permite desarrollar intenciones deliberadas sobre cómo queremos responder. Cada vez que te sientas enojado o molesto en una conversación difícil, pide permiso para reagruparte. Puedes pedir unos minutos para ir al baño o dar una vuelta a la manzana. Durante ese tiempo, puedes reiniciar y hacerte preguntas clave, como: "¿Es así como quiero presentarme en este momento? ¿Esta respuesta resulta útil o perjudicial para la relación? ¿Cómo puedo expresarme mejor en este momento?"
Cada vez que respondemos teniendo en cuenta esto, es menos probable que digamos cosas que no queríamos decir y después lamentemos nuestra respuesta. En situaciones especialmente complejas, incluso podrías pedir unas horas o días. Tomarse un momento en conversaciones difíciles nos ayuda a elegir respuestas mucho mejores.
2. Descubre de qué se trata realmente el conflicto
Pregúntate a ti mismo de qué se trata realmente el conflicto (tanto para ti como para la persona con la que estás discutiendo). Esto sienta las bases para el cuidado y la comprensión de ambas partes. La mayoría de nosotros puede recordar haber hablado bruscamente con alguien de manera innecesaria solo porque teníamos un mal día. Llegar a una comprensión real de qué se trata realmente el conflicto (para ambas partes) es una forma clave de asegurarse de que estás discutiendo por una buena razón.
Si sientes que te estás enojando, pregúntate por qué. Llega a tus verdaderos sentimientos. Decir: "No quiero que salgas con tus amigos esta noche porque lo haces muy seguido " es muy distinto a decir: "Realmente esperaba pasar un tiempo a solas contigo esta noche porque siento que no lo hemos tenido mucho últimamente." Si tienes una objeción a la idea de alguien, asegúrate de ser honesto contigo mismo (y con ellos) acerca de cuál es realmente tu objeción. No tengas miedo de ser vulnerable al admitir lo que realmente está en tu corazón. El conflicto se resuelve mejor cuando todos están dispuestos a profundizar y compartir sus verdaderas preocupaciones o temores.
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3. No hagas suposiciones
Los conflictos suelen escalar porque las personas trabajan con información limitada y hacen suposiciones erróneas. Durante los momentos de conflicto, tiene mucho más sentido asumir lo mejor de los demás, no lo peor. Sin embargo, cuando estamos discutiendo con alguien, tendemos a hacer lo contrario. Tendrás mucho menos conflicto en la vida si no asumes que las personas están en tu contra. Tu colega podría haber olvidado copiarte en un correo electrónico que fue enviado a tu jefe, pero eso no significa que esté tratando de socavar tu credibilidad. Tu cónyuge podría haber olvidado tu cumpleaños, pero eso no significa necesariamente que ya no te ama. Asumir que a otras personas les importamos, que en general están tratando de hacer lo correcto y que tienen sus propios desafíos y luchas puede ayudarnos a no sentirnos tan ofendidos ni a tomar las cosas de manera personal.
4. Ponlo en perspectiva
Cada vez que estés a punto de enojarte mucho, haz una pausa y pregúntate lo siguiente: "¿Qué tan importante es esto realmente? ¿Cuánto importa en el gran esquema de las cosas? ¿Cuánto tiempo es probable que lo recuerde?" Claro, puedes enojarte mucho porque el barista de Starbucks escribió mal tu nombre o porque Bob se estacionó en tu lugar (de nuevo), pero ¿cuánto importan realmente estas cosas? Si es probable que olvides por qué estabas enojado para el próximo fin de semana, entonces déjalo ir. Como dijo Buda: "Aferrarse a la ira es como agarrar un carbón ardiente con la intención de arrojarlo a otra persona; eres tú quien se quema."
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5. Recuerda: están en el mismo equipo
A veces, cuando nos sentimos molestos por lo que estamos escuchando, olvidamos que estamos de mismo lado que la persona con la que discutimos. En el trabajo y en casa, generalmente queremos los mismos resultados que las personas que nos rodean. La mayoría de nosotros quiere ser feliz, lograr objetivos clave, celebrar esas victorias con quienes nos importan y divertirnos en el camino.
Cuando estamos en desacuerdo con alguien a quien amamos, es fácil sentir que estamos en una batalla el uno contra el otro. Esto es un error. El conflicto se resuelve mejor cuando todos lo abordan desde el mismo lado de la mesa o de la cerca. Consejo útil: cuando tomes tu pausa o descanso de la conversación, tómate unos momentos para recordar por qué admiras, respetas o amas a la persona con la que estás discutiendo. Haz una breve lista de cosas específicas que hacen y por las que estás agradecido. Es más difícil sentir que estás en guerra con alguien a quien sientes de manera positiva y agradable.
A medida que he crecido en sabiduría, he aprendido que las relaciones más saludables no carecen de conflicto. Más bien, tienen una base para atravesar el conflicto de manera respetuosa y auténtica. Cuando nos tomamos el tiempo para seguir estos cinco pasos, solemos descubrir que gran parte de nuestro conflicto puede resolverse rápidamente.