Por qué una crisis puede ser lo mejor que te puede pasar Hay algo que nos empodera cuando no tenemos opciones.
Por Matt Higgins Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
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No me encantan las crisis. A nadie le gustan. Pero he experimentado muchas en mi vida, y he aprendido a saludarlas como a un viejo amigo. Eso se debe a algo que he descubierto en el camino: cuando nos quedamos sin opciones estamos en nuestro mejor momento.
En ese instante, nos vemos obligados a hacer que las cosas funcionen. Debemos reunir toda nuestra fuerza y voluntad, porque la otra opción es perder mucho más de lo que ya hemos perdido.
He experimentado esto muchas veces. Crecí en Queens, Nueva York, en medio de la pobreza, abandoné la secundaria a los 16 años para poder mantener a mi madre enferma. Diez años después, me convertí en el secretario de prensa más joven de la historia de la oficina del alcalde de la ciudad de Nueva York, la primera pizca de certeza real que había tenido. El día que comencé en ese trabajo, mi madre murió. Unos meses después de eso, ocurrió el 9/11. Unos años después conseguí un puesto ejecutivo con los Jets de Nueva York, y luego tuve cáncer testicular. Fundé mi propia firma de inversión, solo para tocar fondo durante mi divorcio.
Pero ahora, cuando miro atrás, veo todas esas experiencias como fortalecedoras. Soy el cofundador y CEO de RSE Ventures, fui un tiburón invitado a Shark Tank y es por eso que le doy este consejo a cualquier emprendedor que enfrenta una crisis: es mucho más difícil hacer grandes movimientos cuando las cosas están funcionando y no hay una necesidad inmediata para cambiar. Todos podemos hacer cosas audaces, todo el tiempo, pero generalmente no lo hacemos, porque el abanico de opciones se siente demasiado grande.
Es por eso que ahora (¡en tu momento de crisis!) es tiempo de pensar en grande.
Recuerdo la fascinante investigación de la profesora de la Escuela de Negocios de Harvard Francesca Gino, en la que estudió a las personas que trabajan en un callcenter en la India. Observó dos grupos distintos: uno tenía otras opciones de trabajo, el otro no. Podrías pensar que el primer grupo tendría mejor desempeño y superaría a los demás; después de todo, ¡tienen otras opciones! En cambio, los empleados sin alternativas tuvieron mejores resultados y llegaron a un nivel superior, ¿por qué? Gino tiene una teoría interesante: "Con las opciones viene el arrepentimiento potencial", dice ella. Si tienes cinco opciones y solo puedes elegir una, pasas mucho tiempo preguntándote: '¿Fue esa la elección correcta?' Pero si no tienes otras opciones, es más probable que estés agradecido por lo que tienes".
Cosas malas sucederán: en nuestros negocios, en nuestras vidas y en el mundo. Es muy fácil descarrilar y perder de vista nuestros objetivos, pero las crisis también pueden darnos oportunidades y claridad. Abraza los momentos en los que no tienes otra opción.
En ellos me hago estas tres preguntas:
- ¿Qué es lo peor que puede pasar?
- ¿Qué haría hoy si estuviera empezando de cero?
- ¿Cómo puedo sacar provecho de esta situación que de otro modo sería mala?