Cómo hacer preguntas verdaderamente poderosas como líder (y por qué es importante) Para ser un líder efectivo, debes desarrollar la habilidad de hacer preguntas poderosas. Aquí te explicamos por qué y cómo hacerlo.
Por Jason R. Waller Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
Key Takeaways
- Cómo hacer que las preguntas poderosas te conviertan en un líder más efectivo.
- Los cinco componentes clave de una pregunta verdaderamente poderosa.
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales
El destacado psiquiatra Carl Jung alguna vez dijo: "Hacer la pregunta correcta es la mitad de la solución de un problema". Como coach de directores ejecutivos, veo que a medida que los líderes ascienden en una organización, sus preguntas se vuelven mucho más importantes que sus respuestas.
Cuando eres un colaborador individual o un gerente junior, se pone mucho énfasis en las soluciones y en tratar de encontrar la respuesta. El éxito se equipara a cuánto haces y a qué tan eficiente eres al hacerlo. Aquí el apalancamiento se encuentra en tus herramientas, sistemas y procesos. Sin embargo, para los ejecutivos y gerentes de nivel más alto, la dinámica comienza a cambiar. Están menos enfocados en su propio desempeño y empiezan a definir el éxito como el resultado de sus equipos. Aquí el apalancamiento proviene de las personas a las que lideran y que generan los resultados.
A medida que la definición de "éxito" cambia, también debe cambiar el enfoque. ¿Cómo obtener el máximo rendimiento de las personas, que a menudo lideran a otros? ¿Cómo obtener la información más relevante en un entorno complejo? ¿Cómo enfocar, motivar y empoderar a los demás? Gran parte de esto se reduce a desarrollar la habilidad de hacer preguntas realmente poderosas.
En mi profesión de coach las preguntas poderosas son el pilar de la efectividad. Son la moneda con la que mis clientes y yo trabajamos para desarrollar una conciencia más profunda y acciones con significado futuro. Sé algo sobre lo que hace que las buenas preguntas sean buenas y las malas preguntas sean malas. Y, aunque hago esto de tiempo completo como mi carrera, el coaching es una parte fundamental de cualquier liderazgo efectivo a gran escala. Entonces, ¿cuál es la receta para hacer una pregunta verdaderamente poderosa? Creo que para eso necesitas cinco ingredientes clave.
Las preguntas poderosas provienen de un lugar genuino
A menudo, me descubro a mí mismo y a otros usando preguntas como una herramienta argumentativa para expresar un punto. Llamo a esto weaponizing; son afirmaciones disfrazadas de preguntas. Imagina hacer preguntas como: "Esta no es en absoluto la forma correcta, ¿en qué estabas pensando?" o "¿Por qué diablos elegirías esa opción?" Incluso sin el contexto o el tono, puedes imaginar que estas preguntas tienen la intención de expresar un punto, de transmitir una opinión. Por otro lado, las preguntas poderosas provienen de un lugar de genuina curiosidad y apertura. No hay declaraciones ocultas detrás de ellas, aparte de "quiero aprender de ti".
Las preguntas poderosas son abiertas, no cerradas
Una pregunta cerrada es una que restringe las respuestas, por lo general un sí o un no, o un pequeño conjunto de opciones. "¿Estás avanzando?" es una pregunta cerrada. "¿Crees que deberíamos de ir a la izquierda o a la derecha?" es una pregunta cerrada. Esto no implica que las preguntas cerradas sean malas; de hecho, pueden ser muy útiles para obtener claridad o fomentar la acción. Pero las preguntas verdaderamente poderosas son abiertas, no cerradas. Comienzan con interrogativos, especialmente las palabras "qué", "por qué" y "cómo". Estas palabras invitan a una discusión más amplia, no a una elección entre un conjunto estrecho de posibilidades.
Las preguntas poderosas se formulan de una manera alentadora
Como atajo, encuentro que muchas veces la mejor palabra para comenzar una pregunta poderosa es "qué" en lugar de "por qué" o "cómo". Preguntar, "¿Por qué hiciste esto?" puede llevar a que alguien se sienta a la defensiva y trate de responder de una manera que justifique su elección. Preguntar, "¿Cómo hiciste esto?" puede tener un efecto similar o resultar en una respuesta más analítica o superficial. En cambio, intenta reformular la pregunta de una manera menos confrontativa, como: "¿Qué fue importante para ti al hacer esto?" o "¿Cuáles fueron los pasos que seguiste?" De todas formas, otra forma de enmarcar una pregunta de manera más alentadora es simplemente compartir el contexto de la pregunta.
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Las preguntas poderosas se centran en profundizar en lugar de abarcar
Como líderes, debemos seguir desarrollando un sentido de prioridad y centrarnos en lo que realmente importa, reflejándolo en nuestras preguntas. En lugar de hacer preguntas para recopilar respuestas sobre una docena de temas diferentes, haz preguntas que te ofrezcan docenas de perspectivas sobre el tema más importante. Trata de reflexionar sobre lo más importante y luego acércate, no te alejes. Enfócate en profundizar en la cuestión en lugar de buscar lo adicional.
Las preguntas poderosas son concisas
Finalmente, las preguntas poderosas son concisas; breves pero potentes. Una pregunta corta y clara es más fácil de entender, reflexionar y responder. Aquí hay dos cosas para tener en cuenta: las preguntas largas y las preguntas apiladas. Una pregunta poderosa debe ser breve y ajustarse cómodamente en una simple oración. Si esto no resulta fácil, tómate un momento para reflexionar sobre cómo hacer tu pregunta más corta. Pero evita intentar reformular la pregunta después del hecho, pues puede crear confusión. Apilar preguntas una tras otra hace que sea difícil entender cuál es la verdadera pregunta. A menudo es mejor hacer una buena pregunta y detenerte antes de agregar la pregunta perfecta encima de ella. Intenta recordar: haz tu pregunta y luego haz una pausa en el signo de interrogación.
Hacer preguntas poderosas es una habilidad que se puede practicar y desarrollar con el tiempo. Intenta prestar atención a estos cinco componentes de las preguntas poderosas como una estructura. Y, aunque esto no forma parte de la creación de preguntas poderosas, no olvides escuchar realmente la respuesta. Piensa menos en qué pregunta hacer a continuación o qué respuesta dar, y trata de mantenerte presente. Concéntrate en comprender la respuesta. Después de todo, esa es la razón por la que hacemos preguntas realmente poderosas.