4 formas de subir de nivel tu juego de CEO Desde adoptar una sensibilidad misionera sobre mercenaria hasta buenos hábitos de lectura, las formas en que los líderes ya capaces pueden ascender a las filas de los notables.
Por Eric Elliott Editado por Matt Scanlon
Este artículo fue traducido de nuestra edición en inglés.
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales
Cuando su negocio está en sus inicios, puede parecer imposible alcanzar el éxito de ejecutivos como Jeff Bezos o Elon Musk. Pero, por supuesto, incluso estos destacados han superado barreras críticas en su viaje hacia el éxito y, como resultado, hay formas de aplicar las lecciones que aprendieron.
1. Sé un misionero, no un mercenario
Un mercenario se preocupa principalmente por generar dinero sin considerar necesariamente la ética comercial en el proceso, mientras que un misionero se enfoca en un llamado superior. Ser miembro de este último grupo no significa que no debas preocuparte por el dinero, por supuesto, pero es vital tener en cuenta que la motivación de una empresa y sus líderes no puede estar vinculada exclusivamente a los incentivos financieros, sino también a la deseo de impactar vidas y la sociedad que te rodea para mejor. También significa participar en la experiencia, a menudo humillante, de guiar a otros hacia esa visión, ayudándolos a comprenderla y practicarla por sí mismos. Los misioneros se asocian con empleados u otras empresas para ganar valor en una dinámica en la que todos ganan, mientras que los mercenarios quieren todos los beneficios sin dejar ninguno para otras partes.
Con el tiempo, los mercenarios se vuelven transaccionales, rígidos y decididamente menos divertidos para trabajar. Sus relaciones laborales son transitorias y las personas tienden a alejarse de las personas transaccionales porque se sienten utilizadas por ellas, en lugar de incluidas. Sin embargo, si opera con el celo de un misionero, puede forjar asociaciones duraderas y generar lealtad tanto entre los miembros del personal como entre los clientes. Esto le da acceso a ideas novedosas y trabajadores motivados, y también mantiene abiertas las puertas de la comunicación mucho después de que se vaya un socio o un empleado. Parte de la creación de una cultura inclusiva como esta es brindar excelente capacitación, compensación y beneficios a los empleados, junto con estructuras de equipo dinámicas.
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2. Crea un embudo de inconformismo
Ser elástico con las ideas y rápido es clave para hacer crecer una empresa, porque la verdad es que ninguna cantidad de planificación lo preparará completamente para lo inesperado, y enfrentar desafíos y errores es la mejor manera de aprender y avanzar. En primer lugar, entrene su mente para que se convierta en un embudo de ideas mediante la lectura amplia, voraz y continua. Esto lo ayuda a desarrollar una marca fluida de inteligencia, que lo ayuda a considerar ideas rápidamente, razonarlas y resolver problemas. También le permite generar mejores ideas y evaluar de manera más dimensional, ocasionalmente, verdades difíciles sobre su negocio, incluido su mercado y audiencia.
A medida que continúe leyendo mucho, probablemente comprenderá que no hay ideas perfectas y que hay sabiduría en dejar que el mercado decida cuáles son excelentes para su negocio y cuáles no. Entonces, es cuestión de elegir rápido, evitando especular demasiado y dándose la oportunidad de aprender de los errores. Además, revise los números en lugar de la narrativa a medida que experimenta con ideas, y recuerde que la práctica común no siempre es producto del sentido común. Encuentra tu verdad en tus resultados y avanza con las estrategias resultantes.
Por último, cree tiempo a solas de calidad para pensar críticamente sobre su empresa y apoye este hábito nutriendo su cuerpo y mente a través de una dieta saludable, ejercicio, buen sueño y descanso mental.
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3. Recuerda que el cliente es el rey
No es ningún secreto que vivimos en una época llena de información y opciones; su cliente puede despedirlo rápidamente y transferir su dinero a otro lugar para obtener un mejor valor. Como director ejecutivo, su objetivo es asegurarse de que su negocio proporcione valor al cliente. Entonces, dado que usted es el experto en su campo, adopte como su misión personal actuar como agente de los clientes al identificar incansablemente las necesidades y luego satisfacerlas. Este proceso es una calle de doble sentido: primero, empodere a los clientes potenciales brindándoles la información de marketing y relaciones públicas necesaria para tomar decisiones (es probable que sus competidores estén haciendo lo mismo). Investigue, averigüe si hay lagunas de información y complételas. En segundo lugar, brinde a los clientes una experiencia uniforme y sin inconvenientes. Muéstreles qué esperar cuando interactúan con su marca: ya sea en su sitio web, redes sociales o tiendas físicas, bríndeles una experiencia consistentemente satisfactoria. Además, asegúrese de mantener la transparencia en la comunicación, especialmente cuando ocurran errores. En tercer lugar, capacite a los empleados para que comprendan el negocio y sus clientes, y actúen ellos mismos como agentes de la empresa. Además, aliente a los miembros del personal a involucrar a los clientes de manera más amplia, en lugar de simplemente buscar transacciones. Porque, incluso si alguien no te compra hoy, es posible que regrese o te recomiende a otros. Apunte al éxito a largo plazo en lugar de a las ventas a corto plazo.
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4. Sé tenaz
Para mí, la perseverancia, la autorregulación, la constancia y la resiliencia combinadas equivalen a una palabra: tenacidad. También es, según mi experiencia, la cualidad clave para hacer crecer un negocio año tras año.
Primero, conozca su visión general: el combustible que lo mantiene en movimiento y brinda un propósito para las actividades diarias, pero recuerde dividirlo en objetivos factibles, alcanzables y medibles. Hacer esto lo ayuda a diversificar su propio rol, así como a identificar brechas de talento y encontrar soluciones. También evita que usted y sus trabajadores se sientan abrumados por las responsabilidades.
Si bien es crucial saber hacia dónde se dirige, es igualmente importante identificar de dónde se está escapando, para saber qué es lo que no quiere que sea su negocio. Esto lo ayudará a detectar patrones negativos y otras barreras para el éxito. También te permite replantear los obstáculos; en lugar de imaginarlos como contratiempos irresolubles, puede evaluarlos objetivamente como oportunidades de aprendizaje.