Cómo dejar de sentirte como un impostor y comenzar a sentir que perteneces No tienes que ser un ser humano impecable y perfecto. Eres capaz y puedes hacer lo que te propongas.
Por Christopher Massimine Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales
Estás leyendo este artículo porque te sientes como un impostor. Te preocupa no encajar o que la gente descubra que realmente no eres tan bueno en algo como ellos creen. Es normal sentirse así y hay cosas que puedes hacer para manejar ese sentimiento.
Solo eres un impostor si te sigues diciendo que lo eres
Si alguna vez has hecho pasar a un grupo de personas como tus amigos o le has dicho a alguien que se ven muy bien con esos pantalones cuando en realidad parece un payaso, entonces es hora de que te des cuenta que todos nos hemos sentido así. Incluso las personas más seguras y hábiles pasan por momentos en los que la duda los invade y se cuestionan sus habilidades.
Desafortunadamente, muchos dejamos que estos sentimientos nos abrumen y creemos que hay algo mal porque no siempre nos sentimos seguros de nosotros mismos o de nuestras habilidades, y los suprimimos diciéndonos lo increíbles que somos sin reconocer qué es lo que desencadena estos sentimientos. Esto nos lleva por un camino en el que constantemente tratamos de aumentar nuestra confianza a través de afirmaciones positivas, pero no abordamos realmente el problema, no reconocemos que a veces las cosas no salen como queremos porque la vida no es perfecta para nadie (ni siquiera para Beyonce).
Reconoce que todos se sienten así en algún momento
Tener dudas e inseguridades es normal, nadie es perfecto. Todos se han sentido como impostores en algún momento de su vida, incluso aquellos que ahora tienen éxito y confianza en sí mismos. Yo estaba tan preocupado por el síndrome del impostor que debido a él y al deterioro de mi salud mental, me convertí en uno. Reconocer que todos experimentamos inseguridades te ayudará a comprender que sentirte así en relación a tu trabajo y habilidades está bien, especialmente cuando eres nuevo en algo, asumes un nuevo rol o responsabilidad.
Acepta que no siempre tienes que sentirte seguro
No tienes que sentirte seguro en cada situación. No hay nada de malo en estar nervioso y no tiene sentido tratar de castigarse por ello. Tus sentimientos son válidos, aunque se pueda decir lo contrario. Sin embargo, si estás constantemente ansioso por la posibilidad de un fracaso y la duda en ti mismo te impide hacer cosas que podrían mejorar tu vida, valdría la pena hablar con un terapeuta o coach que pueda ayudarte a domar esos temores para que no impacten de forma negativa todo lo demás.
Acepta tus sentimientos incluso cuando sean difíciles de digerir, reconoce que hay otras personas que se sienten tan inseguras como tú (si no es que más). No descubrirás lo increíble que puede ser la vida hasta que dejes de compararte con los demás y te concentres en trabajar en aquello que te hace feliz a ti.
Celebra tus logros
Reconoce tus logros. Es importante celebrar las pequeñas cosas de la vida y recordar las más grandes. Cuando logres algo significativo, ya sea conseguir un nuevo trabajo o mudarte a un nuevo departamento, tómate el tiempo de reconocer tu éxito celebrando con amigos y familiares o simplemente dándote unas palmaditas en la espalda.
Si sientes que no tienes ningún logro, no te preocupes. No necesitas esperar a que aparezca uno para comenzar a trabajar en tus objetivos. Establecer metas puede ayudar a que esos logros lleguen más pronto; y una vez que esto suceda, recuerda festejarlos.
Incluso si el logro no parece gran cosa, desde una perspectiva externa (como cuando alguien pregunta cuánto dinero se recaudó en un evento de caridad), celebrarlo sigue siendo importante porque hacerlo te ayuda a generar confianza en ti mismo, incluso en otras áreas de tu vida donde el síndrome del impostor puede impedirte alcanzar mayores objetivos en el futuro.
Pedir ayuda no es signo de debilidad
El síndrome del impostor viene del miedo a que no te perciban como "suficientemente bueno" por lo que sientes que no puedes compartir tus debilidades con nadie por el miedo a evidenciarte. Pero la verdad es que todos tenemos defectos, está bien aceptar nuestras limitaciones y pedir ayuda cuando sea necesario. No hay nada más empoderador que admitir que hay cosas que se salen de tu control e identificarlas.
Al ser abierto y sincero acerca de tus debilidades, los demás respetarán y admirarán tu honestidad. También reconocerán todo lo que has trabajado para mejorar (porque, seamos sinceros, nadie nació siendo un experto). Al compartir esta información con otros les abres la puerta para que te cuenten cómo superaron obstáculos similares en sus vidas.
Una de las cosas más importantes que debes recordar cuando te sientes como un impostor es que la mayoría de las cosas que nos preocupan en realidad no son tan importantes como creemos. Es fácil quedar atrapado en nuestros propios pensamientos y dejar que se conviertan en algo mucho más grande de lo que en realidad son; dar un paso atrás de lo que está causando tu ansiedad y verlo en perspectiva puede ayudarte a que parezca más manejable.
La próxima vez que te encuentres preocupado por algo, tómate un momento para preguntarte: ¿si no hablara de esto, sería importante? ¿Seguiría allí si no hablara yo de ello? Si la respuesta es no, trata de no dedicarle tanta energía.