El Papa Francisco y el Vaticano se pronuncian en torno a la inteligencia artificial y piden orientarla para que esté "al servicio de la humanidad" En el marco del Día Mundial de la Paz, el pontífice emitió un comunicado en el que expresa sus preocupación sobre el desarrollo de la tecnología.
Hace unos meses vimos una imagen del Papa Francisco vistiendo una sofisticada chamarra invernal blanca. La imagen se hizo viral de inmediato por mostrar al pontífice con un atuendo lujoso, muy distinto al que nos tiene acostumbrados, pues si algo ha caracterizado a Francisco I, son la sencillez y la humildad.
En su momento, algunos aseguraron que la imagen era real, pero lo cierto es que fue creada utilizando Midjourney, una herramienta impulsada por la inteligencia artificial (IA).
Ahora el Papa Francisco ha hablado en torno a esta tecnología y los riesgos que supone para la humanidad. El martes pasado, 8 de agosto, Día Mundial de la Paz, el Vaticano emitió un comunicado en el que se explica: "Los notables avances realizados en el campo de la inteligencia artificial están teniendo un impacto cada vez mayor en la actividad humana, la vida personal y social, la política y la economía.
"El Papa Francisco pide un diálogo abierto sobre el significado de estas nuevas tecnologías, dotadas de posibilidades disruptivas y efectos ambivalentes. Recuerda la necesidad de estar vigilantes y trabajar para que una lógica de violencia y discriminación no arraigue en la producción y el uso de tales dispositivos, a expensas de los más frágiles y excluidos: la injusticia y las desigualdades alimentan conflictos y antagonismos".
La preocupación expresada por el Papa a través del comunicado es similar a la que manifestaron miles de personas, entre ellas Elon Musk, Steve Wozniak y Yuval Noah Harari, en una carta solicitando que la investigación se detuviera al menos durante seis meses para permitir a los gobiernos establecer un marco regulatorio para la tecnología.
A pesar de ser una herramienta sumamente útil que ya ha impactado los procesos laborales de millones de trabajadores, la IA genera preocupación por posibles sesgos, su capacidad para desinformar por medio de imágenes, audios y videos falsos, por su uso en actividades ilícitas y por que tiene el potencial para manejarse de manera autónoma y sin el aporte de los humanos por lo que, según algunos, podría llegar a revelarse en nuestra contra.
El comunicado del Vaticano concluye: "La urgente necesidad de orientar el concepto y el uso de la inteligencia artificial de manera responsable, para que esté al servicio de la humanidad y la protección de nuestra casa común, requiere que la reflexión ética se extienda al ámbito de la educación y el derecho".
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