La empresa en Japón que usa la IA para evaluar las sonrisas de sus empleados De acuerdo con un estudio, la compañía comprobó que el uso de esta tecnología mejoró la experiencia de los clientes.
La cadena de supermercados japonesa AEON está utilizando la inteligencia artificial (IA) para evaluar la actitud de sus empleados, quienes no tienen opción de mostrar una mala cara o actitud.
Según Daily DOOH, esta tecnología, llamada Mr. Smile, ya está en funcionamiento en 240 tiendas en todo Japón y busca garantizar una experiencia de compra positiva para los clientes.
El sistema utiliza un software avanzado de IA que analiza más de 450 parámetros faciales, además de evaluar el tono y volumen de los saludos de los empleados.
Con base en estos datos, cada sonrisa recibe una puntuación y los trabajadores son incentivados a mejorar su rendimiento.
Durante una fase piloto en ocho tiendas, la compañía observó una mejora del 60% en la actitud de sus empleados en solo tres meses.
Este resultado ha sido interpretado por AEON como un éxito, ya que busca estandarizar la calidad del servicio en sus establecimientos.
Casos similares no son nuevos en Japón. En mayo de 2023 la empresa NeuroSpot lanzó un sistema similar llamado BaristaEye, dirigido a cafeterías. Este software no solo supervisa a los empleados, sino también a los clientes, para mantener altos estándares de servicio.
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Por su parte, McDonald's, que desde hace décadas ofrece sonrisas gratuitas en sus sucursales japonesas, enfrentó malas actitudes por parte de los clientes, lo que llevó a una campaña viral llamada No Smiles, que priorizaba un ambiente de trabajo respetuoso.
Además, las sonrisas "obligadas" llegaron a las entregas a domicilio. Un experimento de SoraNews reveló que las repartidoras de McDonald's ofrecían sonrisas en cada entrega, algunas veces acompañadas de emojis y mensajes de agradecimiento si el cliente lo solicitaba.
Aunque esta forma de trabajar sin duda tiene un efecto positivo en los clientes, ha recibido críticas por exigir a los trabajadores que siempre se muestren felices, incluso cuando no lo estén. Además el monitoreo constante supone una invasión a la privacidad de los empleados y puede convertirse en un fuente de estrés.
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