Un argentino crea una máquina que elimina la basura sin contaminar Este dispositivo se instaló en un basurero de Buenos Aires y ha prevenido grandes niveles de contaminación.

Cuando nos hablan de un basurero, lo primero en lo que pensamos es en malos olores, insectos y aves rondando por el espacio; sin embargo, el relleno sanitario de Exaltación de la Cruz, municipio de la provincia de Buenos Aires, Argentina, es diferente al resto, pues no ocurre lo mencionado.

El aspecto del lugar no es poco higiénico, hasta luce como un vistazo de cómo serán los basureros en el futuro, pues, de acuerdo con sus propietarios, todo lo que llega a la planta puede tener un ciclo más de vida.

"Muchos no pueden creer que esta tecnología la haya inventado un argentino", contó Juan José Tomasello, fundador de Zewan y creador de una máquina que permite que los residuos sólidos urbanos se reduzcan hasta un 75% en volumen y un 30% en peso, en entrevista con La Nación.

El primer dispositivo de este tipo fue desarrollado e instalado hace dos años en Buenos Aires; la máquina puede tratar 100 toneladas de basura diarias, lo que es equivalente a los desechos que generan 100,000 personas.

"La idea surgió hace 17 años, cuando empezamos a estudiar la posibilidad de tratar los residuos con distintos métodos. Hasta que tomamos la decisión de que sea una tecnología natural, sin quema ni químicos. Teníamos que hacer algo para remediar los errores que cometió nuestra generación", contó Tomasello, quien ya patentó su creación en Argentina y Estados Unidos.

La basura recorre lentamente una estructura de 60 metros a través de unas cintas transportadoras, que separa los residuos en dos tipos: orgánicos e inorgánicos.

Los últimos son los que pasan Sistema de Tratamiento Definitivo, con el objetivo de que no lleguen al relleno sanitario.

Una vez que ya se recicló casi todo el material inorgánico, lo que resta se sujeta a un tratamiento que eleva las temperaturas entre 110°C y 160°C.

Lo que se realiza es una eliminación de bacterias que evita que la basura se descomponga y libere metano, un gas de efecto invernadero, que es 25 veces más dañino que el dióxido de carbono.