Ignorancia o arrogancia: así es cómo los buenos líderes manejan la incertidumbre La incertidumbre en el emprendimiento es un hecho, pero no es necesario responder con ignorancia o arrogancia.

En el mundo del emprendimiento, la incertidumbre es constante. Incluso cuando los dueños de negocios saben lo que quieren hacer y hacia dónde quieren ir, mucho está fuera de su control. Como tal, a menudo sin darse cuenta, tienden a inclinarse hacia uno de estos dos extremos: la ignorancia o la arrogancia. Desafortunadamente, ambos pueden ser desastrosos. En mis más de 20 años como emprendedor, he aprendido que el punto óptimo se encuentra en el medio, y lo crucial que es lograr ese equilibrio. Aquí te explico cómo y por qué.

La trampa de la ignorancia

Cuando el propietario de un negocio está navegando por las olas de incertidumbre en su empresa, suele recibir consejos de todas partes. Los emprendedores que caen en la ignorancia son aquellos que se dejan dirigir por otros sin tomarse el tiempo para pensar si la información que están recibiendo es sólida o beneficiosa.

Por ejemplo, tu bienintencionado tío podría decirte que necesitas contratar a un vendedor mucho antes de que sea el momento adecuado para hacerlo. Tú lo haces para complacer a la gente y evitar tener que invertir tiempo y energía en averiguar cómo y cuándo deberías contratar para roles clave como este.

Pero tu producto tiene problemas que no se han solucionado, y el salario del vendedor es más de lo que tenías previsto gastar. Una contratación prematura como esta podría crear muchos problemas, y todo empezó porque te dejaste llevar por las opiniones de otras personas. En otras palabras, actuaste por ignorancia.

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El veneno de la arrogancia

En el otro extremo del espectro se encuentra la arrogancia. Esto ocurre cuando te encuentras sumergido en un ambiente de incertidumbre y sugerencias, pero ignoras a todas las personas que te rodean. Tu respuesta a la perspectiva de cualquier persona es decir que no, insinuando que no saben de qué están hablando y que tú sí.

La arrogancia puede aparecer sin que te des cuenta. Un día, te sientes inseguro sobre cómo liderar tu empresa, y al día siguiente, obtienes un poco de tracción y comienzas a sentir que lo tienes todo resuelto y que no necesitas las sugerencias de nadie más.

Por ejemplo, tal vez tú y tus colaboradores directos estaban en desacuerdo sobre una estrategia de marketing, pero te aferraste a tu posición y la lanzaste de todos modos. Fue un éxito masivo, por lo que adoptaste una actitud de "yo sé lo que es mejor" que comenzó a filtrarse en todo lo demás en lo que estás trabajando.

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Operar con confianza

La ignorancia te desviará, y la arrogancia te alejará de otros que podrían ofrecer perspectivas valiosas. Entonces, ¿cómo encuentras el equilibrio entre los dos? ¿Y cómo se ve eso en un nivel práctico? La clave del éxito es operar con confianza, escuchando a aquellos a quienes respetas mientras reconoces el valor de tu intuición y conocimiento. Así es como he aprendido a hacerlo a lo largo de mi carrera.

1. Filtra el ruido

En primer lugar, sé selectivo sobre qué voces estás dispuesto a escuchar. El tío al que mencioné anteriormente que insistió en que necesitabas un vendedor demasiado temprano probablemente no es alguien con grandes credenciales empresariales, de lo contrario habría comprendido que no estabas todavía en esa etapa. En tal situación, es perfectamente aceptable agradecer a la persona por su opinión y seguir adelante.

Considera a las personas a quienes respetas que han demostrado su habilidad empresarial o que de alguna manera han brindado valor en tu camino como emprendedor. Este debería convertirse en el pequeño círculo de personas cuyos consejos sí consideres.

Podría incluir a tu cónyuge, que conoce tus objetivos y ofrece un apoyo incondicional; tu mejor amigo, que ha vendido tres negocios y siempre tiene orientación útil; o tu cofundador, que ha trabajado contigo para hacer crecer tu negocio hasta llevarlo a lo que ahora es. Cuando uno de estos individuos tenga una preocupación o una idea, planea escuchar. No significa que tengas que hacer exactamente lo que dicen, pero sí que vale la pena escucharlos.

Cuando alguien fuera de este círculo comience a dar consejos, planea cortésmente terminar la conversación. Los emprendedores suelen estar expuestos a ruido no solicitado, y necesitas protegerte de todo el alboroto cuando proviene de personas con perspectivas que no quieres o no necesitas.

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2. Dirígete hacia tu estrategia

Una estrategia empresarial es clave porque es tu brújula mientras navegas por la incertidumbre. Tener claridad sobre tu estrategia no significa que estés atascado en una dirección; siempre debes ajustarte a medida que aprendes y creces. Sin embargo, tener claridad e intención en torno a tu dirección estratégica te anclará y te mantendrá fundamentado mientras te esfuerzas por tomar decisiones alineadas con la misión de tu empresa.

3. Involucra a las personas adecuadas

Además del pequeño círculo de personas en las que confías y que estás dispuesto a escuchar, dos tipos adicionales de relaciones pueden ayudarte a operar con confianza. El primero es un coach que no solo tenga experiencia empresarial, sino que carezca de un interés personal en tu empresa y que pueda hablarte honestamente. El segundo incluye las conexiones que haces en la comunidad emprendedora. Formar amistades con otros que estén en tu misma situación puede tener un impacto positivo continuo en tu negocio y tu camino emprendedor.

La incertidumbre en el emprendimiento es un hecho, pero no es necesario responder con ignorancia o arrogancia. En lugar de eso, puedes elegir mantener tu círculo de influencia pequeño, poner la estrategia en el centro de todo lo que haces y conectar con un coach empresarial y otros en la comunidad emprendedora. Esta es la mejor manera de operar con confianza y tener éxito.