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Los jóvenes que abandonaron una prometedora carrera en el mundo corporativo para cumplir su sueño de emprender Su camino al éxito dentro del mundo corporativo parecía trazado. ¿Qué es lo que llevó a José Ramón Villanueva y a Jean Padilla a dejarlo todo pensando en emprender?

Foto: dgmxtech

Fueron las coincidencias las que llevaron a José Ramón Villanueva y Jean Padilla a tomar la decisión de emprender. Las coincidencias y ese llamado extraño, único y misterioso que a veces nos hace lanzarnos a la aventura como si nos supiéramos heroicos, poderosos e invencibles.

Jean, Ingeniero en Mecatrónica por el Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe, llevaba varios años trabajando como punto de contacto entre PepsiCo y los proveedores tecnológicos de información para la cadena de suministros de las plantas de la empresa en México. A los 25 años se había convertido en uno de los gerentes más jóvenes de toda América Latina.

Desde que era pequeño el sueño de José Ramón era convertirse algún día en el CEO de una multinacional. Egresado de la Licenciatura en Negocios Internacionales en el Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe, trabajaba en el área de cadena de suministros para comercio exterior también en PepsiCo. Interesado por buscar el modo de incrementar la productividad en las distintas áreas dentro de la compañía, se convirtió en el líder de productividad en certificarse en menos tiempo en la empresa.

Y aunque ambos sabían que contaban con un futuro prometedor dentro de la compañía, sentían que algo les hacía falta.

En el año 2020 los dos fueron invitados a participar en un programa de alto rendimiento para un selecto grupo de jóvenes de la empresa. La idea del programa era catapultar a candidatos talentosos a posiciones más estratégicas y apuntalarlos para que hicieran carrera en el corporativo.

Convencido de que su lugar pertenecía al mundo de las grandes empresas, José Ramón participó emocionado en el programa sin poder imaginar que esté cambiaría por siempre su mirada… pero no cómo él esperaba.

"El programa me mostró muchas cosas que yo no había tenido la oportunidad de vivir. Me volvió más inquieto; hizo que me quisiera mover de área y me llevó a preguntarme qué era lo que realmente quería. Además, ahí conocí a Jean. Un día estaba en casa y me sentía muy inquieto. Estaba comentando algunas iniciativas de PepsiCo con Jean por WhatsApp y de plano le marqué para decirle que quería emprender y que quería emprender con él."

Jean, quien había intentado emprender un par de ocasiones antes, sin gran éxito, escuchó a José Ramón y le explicó lo que él sabía hacer:

"Yo había lanzado un par de emprendimientos previos y la verdad es que me dieron experiencia y aprendizaje. Ninguno de ellos llegó al punto de madurez, pero me llevaron a entender que lo que me hacía falta era un socio que me complementara tanto en lo que soy bueno como en lo que no, pero que tuviera este motor para hacer las cosas. Entendí que una de las verdaderas razones por las cuales un emprendimiento no despega es porque se queda todo en ideas y no en ejecución."

Después de un par de mensajes, reuniones y llamadas los dos estuvieron de acuerdo en un mismo punto: estaban listos para emprender y sus perfiles se complementaban.

La misión de "techumanziar" al mundo

Los dos jóvenes empezaron a desarrollar el tipo de servicios tecnológicos que pensaban ofrecer y usaron la experiencia como desarrollador de Jean para crear una oferta siempre basada en "empoderar y conectar tecnólogos para techumanizar (un término acuñado por ellos) al mundo". De lo que se trata dgmx tech es de que los desarrolladores que trabajan en la empresa sean realmente parte de los proyectos. Que se involucren con los clientes y sus problemas, que puedan crecer con ellos, y que también ganen bien.

El enfoque es distinto al que impera en la mayoría de las empresas de desarrollo (al menos en Latino América) en donde los programadores solo siguen órdenes y operan por encargo. José Ramón y Jean creen ciegamente en que la diferencia la hacen equipo de trabajo empoderados e involucrados.

¿Y el mundo corporativo?

Ya habiendo tomado la decisión de emprender, Jean y José Ramón se enfrentaron al difícil proceso de en verdad hacerlo. Ambos tenían un compromiso laboral con PepsiCo y aunque intentaron cumplir con sus actividades laborales al tiempo que emprendían no tardaron en darse cuenta de que hacerlo resulta muy complicado.

Comenzaron a operar sin que ninguno de los dos renunciara a su puesto de trabajo en el mundo corporativo. José Ramón vendiendo los proyectos tecnológicos que Jean desarrollaba trabajando horas extras y durante los fines de semana. Durante diez meses, dobletearon y le sacaron horas no existentes a cada día.

Hasta que los proyectos empezaron a caer.

Luego de conseguir un proyecto de desarrollo en Silicon Valley, los jóvenes socios se dieron cuenta de que su emprendimiento requería de mayor atención y paradójicamente fue ahí cuando los golpearon las dudas por saber si el emprendimiento en verdad tendrá éxito.

"Yo tuve varios llamados en contra (del emprendimiento). Sentía que no podía prescindir de la parte económica, de un salario seguro, por así decirlo, para ponerme a emprender. Cuando le platiqué a mi papá de esto, él no entendía mucho. Me decía: 'Estas pensando en irte de una empresa donde te está yendo increíble, donde te quieren dar otra promoción, posiblemente podrían nombrarte director antes de que cumplas 30 años'. Y ahí venían las dudas. Me costó mucho trabajo. Le dije a mi papá que tenía que intentarlo para saber si en verdad iba a funcionar. Al principio no tenía el espacio ni con mi familia para poder hablarles del proyecto con la emoción que yo sentía", dice Jean.

Pese a los miedos y las dudas, los jóvenes tomaron la decisión de que Jean renunciara a su puesto en PepsiCo para dedicarse de lleno a dgmx tech.

Dedicado de tiempo completo al proyecto, las cosas empezaron a funcionar.

Hoy, a más de tres años de haber iniciado operaciones, dgmx tech ha desarrollado proyectos tecnológicos para más de 50 clientes en 15 diversas industrias. Hoy la empresa cuenta con más de 15 empleados y tanto José Ramón como Jean trabajan de tiempo completo en su emprendimiento.

José Ramón explica: "Cuando éramos solo Jean y yo y le contaba a mi mamá de que íbamos a contratar a alguien más, ella se preocupaba y me preguntaba cómo le íbamos a pagar a la persona. Me tardé en entender que esa idea de cuidarme, ese llamado a que fuéramos con calma, era desde el amor. Conforme las decisiones se han ido haciendo más relevantes, fui viendo cómo pasó de una preocupación constante a apoyar y confiar nuestras decisiones."

Hoy los miedos y las dudas de los jóvenes y de sus familias son cosa del ayer. Claro: el camino sigue estando lleno de retos e incertidumbre, pero saben que su lugar está en el escarpado, incierto y hermoso camino del emprendimiento.

Los sueños han cambiado, pero ahora, más que nunca Jean y José Ramón saben hacia a dónde guiar sus pasos.
Eduardo Scheffler Zawadzki

Entrepreneur Staff

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