¿Por qué los valores son tan importantes en los negocios? Aquí te explico por qué los valores son tan importantes en los negocios y te presento cuatro razones por las que son fundamentales para establecerlos en tu empresa.
Por Frederick Pinto Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales
Existe una visión cínica y bastante popular sobre los negocios, según la cual "todo se trata del dinero". Esta idea se escucha tanto dentro como fuera del mundo empresarial, a veces en expresiones populares como "la codicia es buena" o "los negocios son negocios", y hay quienes creen que hay algo inevitablemente egoísta o agresivo en los negocios.
Aunque esta visión describe una parte de la realidad, en última instancia es reduccionista y está incompleta. El panorama general es más complejo y matizado.
Para tener éxito a largo plazo, una empresa debe ofrecer continuamente beneficios a una serie de partes interesadas. Inversionistas y empleados, socios y clientes, proveedores e incluso gobiernos: todos deben beneficiarse de la existencia continua de una empresa para seguir contribuyendo a su crecimiento y florecimiento. Si se castiga a alguno de estos grupos, la rueda kármica natural comienza a girar, creando pérdidas y compensando ganancias de formas tanto visibles como invisibles.
Entonces, ¿cómo mantienen las empresas exitosas bien unida esta red de intereses interconectados? Los incentivos financieros sin duda juegan un papel. Lo mismo sucede con las oportunidades de participación y el crecimiento personal. Pero hay algo más profundo. Algo que apela al sentido de identidad de las personas y fomenta relaciones de confianza a largo plazo. Ahí es donde entran en juego los valores.
En su forma más simple, los valores son principios básicos que favorecen ciertos objetivos, actitudes y acciones sobre otros. Un valor que practica una persona o un grupo se convierte en una virtud de esa entidad. Un equipo de 40 investigadores de psicología ha identificado seis virtudes básicas que existen en prácticamente todas las culturas: sabiduría, coraje, empatía, justicia, templanza y trascendencia. En el mundo de las organizaciones, los ejemplos clásicos de valores son la transparencia radical de Bridgewater, el ethos de los Navy SEAL y los estándares de seguridad de Band-Aid.
Para cumplir su propósito, los valores imponen preferencias y prioridades. Esto significa que, ante decisiones difíciles, prefieres sistemáticamente ciertas opciones y elecciones sobre otras. Un montón de palabras bonitas que dicen valorar todo lo bueno por igual no es lo mismo que un conjunto de valores centrales auténticamente sostenidos. Los valores implican compromiso, a veces incluso sacrificio.
Jim Collins, autor del bestseller, Good to Great, ha pasado décadas estudiando el ADN de las empresas exitosas. Su equipo ha examinado toneladas de datos para completar sus comparaciones basadas en evidencia. Al otro extremo de este análisis, Collins escribe que hay un elemento no negociable para cualquier empresa que aspire a la grandeza. No es una estrategia de moda, un conocimiento especial o un atajo. Es algo que suena un poco anticuado, pero los datos muestran que es mucho más importante: una empresa debe tener un conjunto de valores centrales que no cambien.
Aquí hay cuatro razones por las cuales los valores son tan importantes en los negocios:
1. Ayudan a definir la cultura
La cultura va mucho más allá que la decoración llamativa de la oficina, los beneficios o los viernes informales. Está compuesta por todos los elementos que hacen que la realidad de un negocio sea coherente para las partes interesadas, desde los factores que realmente impulsan sus decisiones, hasta sus políticas y modalidad de trabajo, hasta la dinámica del equipo y el tono que las personas usan para interactuar. Al elevar algunos objetivos sobre otros, los valores proporcionan el entorno que define una cultura de trabajo. Silicon Valley es conocido por un ambiente laboral más relajado y métodos de trabajo colaborativos, ambos propicios para fomentar la creatividad. Los despachos de abogados de Wall Street son más rígidos, valorando la prudencia y la disciplina de los estándares establecidos. Cada cultura funciona a su manera y se mantiene por un conjunto diferente de valores.
2. Refuerzan las relaciones
Las relaciones se construyen en torno a expectativas compartidas de comportamiento futuro. Cuando se cumplen estas expectativas, la confianza mutua se construye con el tiempo, justificando niveles más altos de compromiso. Un conjunto de valores compartidos crea referencias para el comportamiento y la resolución de desacuerdos. La investigación muestra que un valor adoptado se convierte en un indicador confiable del comportamiento futuro. Por ejemplo, un estudio señala que la correlación entre las puntuaciones de honestidad en diferentes situaciones es mayor que la correlación que existe entre el consumo de cigarrillos y el cáncer de pulmón. Dado que los valores auténticamente sostenidos son tan útiles para predecir el comportamiento, no es de extrañar que sean un componente crítico de las relaciones de calidad a largo plazo.
3. Coordinan una toma de decisiones eficiente
Los líderes suelen no tener la capacidad para microgestionar cada decisión. Con un conjunto claro de valores centrales en su lugar, las partes interesadas pueden determinar mejor qué opciones y elecciones son preferibles por sí mismas. Los valores proporcionan heurísticas —atajos en la toma de decisiones— durante tiempos de incertidumbre o plazos comprimidos. Las decisiones pueden entonces descentralizarse y ser más eficientes mientras se mantienen fieles a los objetivos e identidad a largo plazo de una empresa.
4. Sostienen la misión de una empresa
Una misión o propósito puede establecer la dirección general de un negocio, pero los valores son el vehículo para llegar allí. La investigación sugiere que las empresas con un sentido de propósito tienden a crecer más rápido que aquellas que no lo tienen, pero el propósito solo no es suficiente. Un conjunto de valores centrales que sean congruentes con el propósito más amplio de una empresa es lo que da forma al viaje.
A pesar del énfasis habitual en las palabras, los valores, en última instancia, se reducen a acciones. De lo contrario, las bonitas palabras en papel inevitablemente confunden y se convierten cinismo y caos. Por esta razón, quizás un valor se encuentre en el centro de todos los demás: el valor de la integridad. La integridad significa la auténtica alineación entre las palabras y las acciones. Existe una línea muy fina entre la verdadera confusión con la incertidumbre moral y el uso de valores como mera retórica, aplicándolos solo cuando resulta conveniente. Los seres humanos suelen ser lo suficientemente inteligentes como para distinguir la diferencia, especialmente a lo largo de períodos más largos de tiempo.
En resumen, los valores pueden proporcionar a las empresas una combinación clave de estructura y flexibilidad para lograr sus numerosos objetivos. Si tu empresa aún no ha establecido o desarrollado sus propios valores centrales, ahora tienes una comprensión más profunda de su importancia. Por lo tanto, asegúrate de que sean auténticos, inmutables y que se mantengan en toda tu organización.