Los 4 pilares del éxito en el liderazgo Ser un buen líder puede parecer un objetivo abstracto, pero no tiene por qué serlo. Estos son los cuatro pilares que creo que son la base de un liderazgo efectivo y exitoso.
Por Hope Horner Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
Key Takeaways
- Un gran liderazgo se basa en cuatro pilares clave: planificación, personas, procesos y rendimiento.
- Dominar cada pilar es crucial para guiar a tu equipo hacia el crecimiento y éxito sostenible.
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales
Como emprendedor, entender cómo ser un gran líder —y cómo encontrar e inculcar un gran liderazgo en los demás— es fundamental.
A lo largo de mi experiencia como emprendedor y CEO, he revisado innumerables marcos de liderazgo, he leído muchos libros, he debatido con colegas y he pasado años descubriendo qué hace a un líder efectivo. En mi opinión, un gran liderazgo se basa en cuatro pilares fundamentales: planificación, personas, procesos y rendimiento.
Vamos a explicar cada pilar, su importancia y cómo puedes utilizarlo para convertirte en un mejor líder.
Planificación: Estrategia consciente
La planificación es el primer pilar del liderazgo efectivo. Mi definición de planificación implica establecer metas claras y medibles, identificar pasos específicos para lograrlas y crear una ruta estratégica que te guie en el camino.
Es importante mencionar que mi definición también incluye la priorización. Parte de planear es entender que no todo puede ser una prioridad al mismo tiempo y ser proactivo en el uso efectivo de tus recursos. Ya sea que estés limitado por tiempo, presupuesto, experiencia del equipo o cualquier otra cosa, los grandes líderes establecen claramente cuáles son sus prioridades — y cuáles no lo son — a lo largo del ciclo de vida de un proyecto.
Para ser un líder que planifica eficazmente, necesitas abrazar la previsión, la decisión y una visión global. Revisa desafíos y oportunidades por adelantado, toma decisiones inteligentes y mantén una visión clara de hacia dónde te diriges.
Cuando los líderes descuidan la planificación, es probable que sus equipos tengan dificultades para avanzar hacia sus metas. Pueden sentirse desorganizados, abrumados o frustrados por la falta de resultados de sus esfuerzos. Es trabajo del líder corregir el rumbo, gestionando las muchas variables que pueden afectar un proyecto en lugar de esperar que todo se solucione por sí solo.
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Personas: Expectativas claras
Las personas son el corazón de cualquier organización, y manejarlas bien es crucial. Creo que la base para gestionar a las personas es tener una buena comunicación y dejar claras las expectativas.
¿Por qué es tan importante dejar claras las expectativas? Las personas solo pueden tener éxito en sus roles si saben cómo se ve el éxito — y esto puede no suceder de manera natural.
Por ejemplo, algunos líderes pueden pensar que el "éxito" en un rol requiere de comunicación constante y entregar resultados. Otros pueden pensar que el "éxito" requiere de pensamiento innovador y asumir la responsabilidad del rol. Ambas perspectivas son válidas, pero para que los empleados sobresalgan en sus roles, necesitan saber cómo evaluarás su desempeño y qué esperas que logren.
Como líderes, también es nuestra responsabilidad organizar nuestro tiempo para poder gestionar de manera proactiva en lugar de reactiva. Esto requiere una dirección clara, organizada y reflexiva para mantener a los equipos alineados y trabajando productivamente.
Cuando los líderes no establecen expectativas claras, los equipos pueden sentirse confundidos y desmotivados. Pueden tener dificultad para entender sus roles o lo que se espera de ellos, lo que lleva a una desalineación y una disminución de la productividad.
Es crucial que los líderes se comuniquen abierta y frecuentemente, asegurándose de que todos estén en la misma página y trabajando hacia objetivos comunes. Esta claridad no solo mejora el desempeño individual, sino que también fomenta una cultura de responsabilidad y respeto mutuo.
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Proceso: Sistemas coordinados
El pilar del proceso se centra en la importancia de los sistemas coordinados y un diseño organizacional productivo. El corazón de un equipo eficiente es una organización bien estructurada con metodologías y procesos claros. Esta estructura sirve como base para lograr un crecimiento y desarrollo que los lleve a un nivel superior.
Al entender de manera holística el diseño organizacional actual, los líderes pueden identificar áreas de oportunidad e implementar nuevos sistemas que mejoren la eficiencia y productividad. Los sistemas coordinados aseguran que todos trabajen hacia objetivos comunes de manera consistente y optimizada.
Dependiendo del rol y la organización, crear procesos puede requerir de establecer procedimientos operativos estándar, optimizar flujos de trabajo y aprovechar la tecnología para apoyar las necesidades organizacionales.
Un proceso bien definido también requiere supervisión regular, un sistema que es efectivo y eficiente hoy, puede no serlo dentro de un año. Conforme tu empresa crece, tu equipo cambia y la tecnología avanza, los procesos pueden necesitar actualizaciones y revisiones para funcionar en el nuevo entorno.
Cuando los líderes pasan por alto la importancia de los procesos, los equipos pueden volverse ineficientes y caóticos. Sin sistemas y metodologías claros, puedes ver los efectos de tareas duplicadas y esfuerzos desperdiciados en la productividad general. La gestión eficaz de procesos permite a los equipos operar de manera más eficiente, reduciendo la redundancia y aprovechando mejor los recursos.
Rendimiento: Responsabilidad consistente
El rendimiento es el último pilar, enfatiza la importancia de la responsabilidad consistente. Los líderes efectivos valoran los resultados y mantienen a los equipos y miembros del equipo como los responsables de alcanzar sus metas. Esto implica inclinarse hacia la acción, encontrar formas de resolver problemas y dividir grandes proyectos en partes ejecutables.
La responsabilidad también se trata de que todos sean responsables de sus contribuciones, y que el rendimiento sea monitoreado y evaluado regularmente. Los líderes necesitan establecer métricas de rendimiento claras, proporcionar retroalimentación constante y reconocer los logros entre sus equipos.
Cuando los líderes descuidan la responsabilidad, el rendimiento puede sufrir. Los equipos pueden carecer de dirección, no cumplir con los objetivos y perder oportunidades de mejora. A largo plazo, el negocio puede tener dificultades para avanzar.
Promoviendo una cultura de responsabilidad, los líderes fomentan la mejora continua y un alto rendimiento en toda la organización.
Al final del día, "ser un buen líder" puede parecer un objetivo abstracto e intangible. Pero de lo que se trata realmente es de dominar estas cuatro áreas fundamentales. Al aplicar estos pilares a tu propio liderazgo e inculcarlos en tu equipo, estarás en el camino correcto hacia un crecimiento sostenible.
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